— Mamá, termine de lavar los platos, ¿puedo ir a la biblioteca?
— Está bien, Freddy.
— Gracias, volveré mas tarde, te quiero.
Salió de casa esperando encontrarse con el chico de la otra vez, poder preguntarle por qué lo ignoro de esa manera, o quizá pedirle que lean juntos.
Llevaba bajo el brazo el libro que había tomado la otra vez.Caminaba por el frío lugar, hacia aire y sentía la nariz fría así que de vez en cuando la cubría con su mano.