Fred se levantó como todos los días, con el sonido de la alarma.
La casa de sus padres era muy grande, su padre solía trabajar en una mina, un lugar peligroso por lo cuál recibía una gran suma de dinero como pago.
La madre también trabajaba ahí, era supervisora y también ganaba mucho, de hecho ellos se habían conocido ahí.
Ahora que ellos habían fallecido en ese mismo trabajo, sus seguros de vida cubren la de Fred.
Bajo las escaleras y comenzó a preparar el desayuno.
Tenía cierta emoción por ir a leer otra vez al jardín, aun qué ese chico castaño siempre era tan ocurrente, en las escenas más emocionantes le hacia preguntas sin sentido y sin importancia.
