Fred pasaba página tras página, devorando el libro.
Le gustaban los libros de misterios, de suspenso y éste libro era así.
Su nombre era "Blood" una historia de un joven enfermo que junto a su pareja trataban de no ser atrapados por la policía.
Pronto un ruido distrajo su atención de la lectura.
— Hola. — dijo Freddy con una gran sonrisa frente a él, llevaba un suéter negro que le quedaba largo y la nariz roja al igual que las mejillas, realmente hacía frío —.
Fred no respondió, pero esta vez no se había marchado como la última vez, un logro.
Simplemente ignoro a Freddy y continuó su lectura.
— ¿Puedo leer aquí? — preguntó con una voz dulce —.
— No me pidas permiso, éste lugar no es mío. — respondió ronco y con voz gruesa —.
El castaño abrió bien los ojos sentándose junto a él, y comenzó a leer también.
