Capítulo 11. Pareja destinada.

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El motor y el sonido de una patrulla acercándose, me hizo poner rápidamente el casco, no voy a correr el riesgo de que vean mis mejillas bañadas en sangre, lo bueno del casco es que la parte delantera del cristal era oscuro.

Sentí la patrulla pararse a un lado, saqué un par de guantes en el bolsillo de mi chaqueta y me la puse, ocultando así la sangre en ellas.

Un olor muy conocido llegó a mis fosas nasales, el sheriff, el hombre bajó de la patrulla para poder acercarse a mi.

- Disculpe - habló el sheriff, ladeé la cabeza en dirección a él - lamento informarle que debe pagar una multa por exceso de velocidad y traspasar las señales de tráfico - dijo, al parecer no me a reconocido.

Solté una risa torcida dentro del casco, es increíble que el hombre ni siquiera me reconozca.

Sin hablar saqué un par de billetes de la cartera que llevaba en el bolsillo del pantalón y se las entregué, el sheriff me miró asombrado por el hecho de que no le preguntase cuanto y solo darle el dinero.

Para no estar mas ahí, por que de hecho no deseo estarlo mas, puse en marcha la motocicleta y me alejé del lugar.

Sentí las lágrimas caer al recordar el trato que me dio cuando vivía con él, se que no debería, pero es inevitable, todo lo que quería era tener un padre que se preocupara por mi, que confiara en mi, pero supongo que yo no tuve esa suerte como los demás.

Llegué a la casa aun sintiendo las lágrimas caer, el olor de la sangre se intensificó, pero lo dejé pasar. Me quité el casco y corrí dentro de la casa, me lancé a los brazos de Deaton que estaba parado a un lado del chico que había salvado aun inconsciente.

- ¿Stiles, que pasa? - preguntó preocupado.

No respondí solo dejé salir un sollozo fuerte, pude sentir sus brazos rodearme.

Esto es estúpido, soy un vampiro no debería llorar por algo así, pero lo único que quiero es que alguien me ame, las palabras de Evan llegaron a mi cabeza, ¿Él también estaba mintiendo sobre que le gustaba o era verdad?.

No quiero volver a caer, no quiero volver a sufrir, no quiero sufrir.

Durante unos momentos seguí abrazado a Deaton llorando, manchando de sangre su ropa. Cuando por fin me calmé, me alejé de él de a poco.

- Lo siento - susurré.

- Stiles... Tus lagrimas - señaló mis mejillas incrédulo. 

-  Son de sangre - admití - lo se.

Negó con la cabeza, me agarró de la mano arrastrándome con él al sofá donde me hizo sentar.

- ¿Que pasó? - indagó con calma.

- Yo... Solo - repentinamente me sentí tímido.

- Vamos, puedes confiar en mi - aseguró.

- Bueno... Verás, Evan me dijo que le gustaba - dije sin levantar la mirada, aunque pude sentir su aroma de sorpresa - yo, no le creí, por que vamos, quien va a quererme si ni siquiera mi propio padre lo hizo.

- ¿Lo rechazaste?.

- No lo se - la verdad no se si lo que le dije sea catalogado como un rechazo.

- Stiles, no puedes rechazarlo - musitó alarmado, alcé la mirada confundido.

"Si lo rechaza Evan podría morir ".

La clara voz de Deaton retumbó en mi cabeza. Otra vez esto está pasando.

- ¿Por que Evan moriría? - cuestioné.

VAMPIRO®Where stories live. Discover now