Capítulo 39. Otra vez juntos.

5.5K 588 63
                                    


- ¿Evan? ¿Conoces a mi hijo? ¿Donde está él? ¿Se encuentra bien? - el hombre me agarró de la chaqueta que llevaba puesta y sus ojos me suplicaban una respuesta.

Las demás personas que estaban se silenciaron.

- Yo, él... - no encontraba palabras para decirle algo.

- Por favor llévame con él, por favor necesito verlo - los ojos del hombre lobo se llenaron de lágrimas.

- Está conmigo y su esposa también - le informé.

- Dios - sollozó recargando la cabeza en mi pecho y yo me quedé sin saber que hacer.

Miré a Parrish y con la mirada le pedí que rompiese la barrera para que los demás lobos vayan saliendo, él lo hizo al instante y tras decirle a los demás que lo siguieran, salieron todos dejándonos al padre de mi novio y a mi para hablar.

- Señor - lo llamé sin alejarlo.

- Creí que no lo habían logrado, que no habían podido escapar lejos - musitó - creí que los había perdido.

- Ellos están bien - lo tomé de los hombros y lo alejé de mi con cuidado. El hombre era un poco mas bajo que yo, pero no tanto - De hecho su hijo es mi pareja.

- ¿Su pareja? - preguntó impresionado pero a la vez confundido.

- Si y debo decir que es un gran chico - le sonreí.

- Quiero verlo, no, quiero verlos - se veía emocionado y ansioso.

- Entonces vamos, que estamos esperando.

El hombre con una sonrisa asintió y comenzó a seguirme cuando empecé a caminar.

Al salir afuera de la cabaña vi a todos esperando, Aiden se me acercó sin quitar las vistas de todos los lobos, parecía algo temeroso.

- Este... Ellos...

- Ahora son parte del nido, son de nuestra manada - le informé y Parrish a su lado asintió a mis palabras.

- Pero Stiles, son hombres lobos - dijo desconfiado.

- Lo sé, pero no es como si fuera la primera vez que vamos a convivir con ellos - le resté importancia al asunto.

- Bueno, entiendo eso pero... "Donde los instalaras, no tenemos espacio en la casa de Deaton" - joder, me había olvidado de ese pequeño detalle.

"Yo ... Luego pensaré en eso", notifiqué a través de su mente.

Mirando a cada uno de ellos me di cuenta que muchos tienen heridas en partes de sus cuerpos. Hay ocho mujeres, tres son de mi misma edad, y diez hombres, seis jóvenes de mi edad y la edad de Alan. Aunque el mas menor parecía ser el chico que me habló allá adentro.

- Les daré de tomar unas gotas de mi sangre, para que sus heridas se curen y para formar el lazo de manada, de ahora en adelante estarán bajo mi protección y prometo hacer todo lo posible para que nada les pase nuevamente, quien no quiera quedarse conmigo, no los voy a obligar, pueden marcharse - hablé alzando un poco la voz - así que los que quieran formar parte de mi pequeño nido pueden pasar al frente por favor.

Después de decir todo eso, corte la palma de mi mano con una de mis garras, dejando que la sangre saliese.

- Definitivamente me voy con usted - el padre de Evan que estaba parado a mi lado dio unos pasos para quedar al frente y se arrodilló.

Le sonreí y extendí el brazo para darle de beber de mi sangre, unas gotas solo bastaron y alejé mi mano, el hombre cayó al suelo y frente a todos el hombre comenzó a convulsionar asustando a los presentes, pero yo mantuve la calma sabiendo de ante mano que mi sangre estaba haciendo su trabajo, pero me impresionó al ver como los huesos del hombre comenzaban a romperse para volver a reacomodarse, pero esta vez su piel fue cambiando de color a un rojo mientras todo se reacomodaba, y pelajes comenzaron a cubrir su cuerpo, todo se fue transformando hasta que frente a los ojos atónitos de todos, un lobo con el pelaje negro como la noche apareció en lugar del hombre, cuando abrió los ojos, estas eran de un color rojo, parecía confundido, alzó la cabeza y miró a su alrededor.

VAMPIRO®Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum