Capítulo I

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Estaba sentada en una banca con mi mejor amiga Mia. Mi mejor amiga desde los 5 años. Ahora ambas teníamos 17 y con todos aquellos años de amistad se podría decir que éramos casi como hermanas, pero por dentro soñaba con que algún día eso cambiara.

- ¿Y qué Opinas Alice? - Hablo Mia sacándome de mis pensamientos

- ¿De qué? - Respondí mirándola confundida. Grave error. Solo una mirada bastaba para ponerme toda babosa por ella. Compórtate Alice

- Del nuevo chico con el que estoy saliendo - Dijo sonriendo con cierta dulzura, aquella dulzura que la caracterizaba

La verdad me dolía cuando hablaba de los chicos con los que salía o sale. Siempre soñaba con el día en que yo pudiera tomar el lugar de esos estúpidos. Poder ser yo quien la besaba, quien la hiciera la mujer más feliz de la tierra y poder tenerla a mi lado. Pero alguien como ella nunca se fijaría en mí, solo hacía falta mirarla a ella y luego a mí.

Ella tan bella con su cabello rubio, aquellos ojos como el cielo y los océanos, y un cuerpo que toda chica desearía tener. En cambio yo, una castaña de ojos cafés, no había forma de que se fijara en mí, y eso se sentía horrible.

- Alice, escúchame - Grito algo molesta, sacándome por segunda vez de mis irritantes pensamientos con su hermosa voz.

- Si, si ¿Qué pasa? - Pregunte mientras le brindaba la atención que se merecía.

- De hace un hora que te hablo y tu nada. No me has tomado en cuenta - Me reprocho fulminándome con la mirada - Te digo que si me quieres ayudar a escoger un vestido para esta noche, y tu ahí en la luna - Se burló - Sabes lo nerviosa que estoy, por favor ayúdame - Suplico algo irritada

- Perdón - Fue lo único que pude decir

Cada palabra que decía era como una espada en mi corazón. No quería escuchar nada de aquel chico, por mí que se muriera, pero lamentablemente no podía hacer nada, solo me quedaba velar por ella e intentar ayudarla como pidió.

- ¿Entonces que dices? - Volvió a hablar,pillándome nuevamente en la luna.¿Por qué tengo que ser tan despistada?

- ¿Eh? ¿De qué? - Susurré confundida. Mierda, mierda, mierda. Soy mujer muerta

La cara de Mia en este momento era un poema. Entre rabia, impotencia y unas gigantescas ganas de matarme y no volver a verme. Y yo con cara de no haber roto un plato en mi vida.

- ¿Otra vez? - Pregunto indignada - Sabes, adiós. Al parecer no te interesa lo que digo - Espetó parándose y alejándose de mi con ese andar tan sexy que tenia

- Perdón - Grite apresuradamente - No sé qué me pasa - Confesé poniéndome en frente evitándole el paso - ¿Me perdonas? - Dije poniendo cara de cachorro, esperando que ella aceptara mis disculpas

- No - Respondió seriamente, sorprendiéndome.

Generalmente Mia siempre caía antes mis babosadas, y me perdonaba todo sin rechistar. Al parecer me lo quería poner difícil, pero yo conocía su punto débil. Pobre, pobre Mia - Pensé maliciosamente

Sin que lo esperara la agarre ágilmente de la cintura y empecé con un violento ataque de cosquillas. Con una cara de sorpresa y a la vez de indignación comenzó a retorcerse mientras su hermosa risa inundaba el ambiente.

- Para, para, para - Suplicaba desesperadamente sin parar de reír

Apenas podía respirar y sus movimientos eran cada vez más bruscos, intentando de cualquier forma librarse de mi agarre.

Todo era risas y diversión hasta que Mia en un intento de liberarse tropieza y emprende rumbo al suelo. Con un rápido movimiento coloque mis manos en sus caderas y la impulse hacia mí, evitando de esta forma que se cayera.

Mal ahi Alice.

De un segundo a otro la tenía pegada a mi cuerpo. Sus brazos rodeaban mi cuello en un débil intento de mantenerse firme. Y yo con mis manos aun puestas en sus caderas, sintiendo el suave roce de su piel descubierta por el forcejeo. Pero lo mas perturbante eran los escasos centímetros que separaban sus labios de los míos.

Mia se encontraba despeinada, con los labios entre abiertos dejando escapar su agitada respiración. Y solo aquella imagen logro volverme completamente loca. Estaba usando toda mi fuerza de voluntad para no estropearlo. Mi cabeza gritaba solo una cosa. Trague saliva y como pude solté mi agarre bajo su atenta mirada.

- Gracias - Susurró mirándome completamente confundida, y se podría decir que hasta algo avergonzada.

Cada día era mas difícil disimular todo aquello que sentía por la hermosa mujer que estaba a mi lado. El miedo se hacia presente cada vez que la fuerza de voluntad no alcanzaba.

Si tan solo supieras Mia

- De nada tonta - Susurre - Intenta no tropezarte más porque juro que esta vez no te atrapo - Bromee - Ahora vamos a ver tu vestido - Cambie rápidamente el tema para dejar atrás lo que acababa de pasar

- ¿En serio? Gracias Alice! - Dijo lanzándose a mis brazos

Se sentía tan bien estar así con ella. Abrazadas podía sentir su calor, su corazón latiendo y su respiración en mi oído haciéndome sentir llena, era como estar en el paraíso.

- Ven vamos - Dijo tomándome de la mano conduciéndome a quien sabe donde

- ¿Adónde vamos? - Pregunte confundida

- A cambiarme y luego a buscar a Julián - Respondió sonriéndome

¿Por qué tenía que existir? Seguramente si tuviera cerca a la escoria esa no duraría en matarlo a golpes. Lamentablemente matar es ilegal

- ¿Y adónde van? - Pregunte haciéndome la desinteresada

- A la casa de veraneo de sus padres- Respondió con toda la naturalidad del mundo dejándome completamente atónita

¿ Es que pensaban quedarse solos?

Un amor Imposible (Tema Lésbico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora