Hotch conduce sin acelerar demasiado mientras yo voy observando las casas pasar a nuestro lado. Bajo un poco la ventanilla y arrojo la colilla de mi cuarto cigarro.
—A ese ritmo te terminaras la cajetilla antes de que lleguemos a casa.
—No me interesa.
Hotch suspira.
—Edward, dime qué diablos te pasa. Haz estado muy extraño desde hace varios días, y no vuelvas a decir que no te sucede nada por que te juro que te arrojare del auto.
Bufo.
—Ya te dije que... —comienzo a pronunciar girándome a mirar a mi amigo, pero él también me observa, y la expresión en su rostro me dice que no tiene mas paciencia— Aght, ya deja eso, sé cuidarme solo muchas gracias.
Hotch también bufa, y tras unos segundos de silencio agrega:
—Como quieras.
Casi todo el trayecto nos quedamos en silencio, Hotch concentrado en conducir y yo mirando por la ventanilla y arrojando colillas de vez en cuando.
Cuando casi hemos llegado a casa y no me quedan mas que tres cigarros, mi amigo decide romper nuestro hermoso silencio.
—Hoy es la fiesta de cumpleaños de Dónovan, ¿irás?
—No tengo muchas ganas de ir de fiesta.
—¿Tu?, ¿Edward Black no tiene ganas de ir de fiesta? Puff, el puto mundo está de cabeza.
Arto de sus comentarios rechino los dientes y grito:
—¡Ya te dije que no me pasa nada, maldita sea! Iré a esa puta fiesta si solo así me crees —abro la portezuela de golpe y bajo de un brinco.
—¡Eso no es necesario! —grita Hotch antes de que cierre mi puerta con un fuerte golpe.
Después, camino hacia la puerta de mi edificio, subo al pent-house y me doy una ducha.
... ... ...
Como a eso de las once y treinta, mi amigo y yo hacemos nuestra aparición en el cumpleaños de Donovan.
La fiesta se lleva a cabo en otra de sus casas de seguridad, esta es una de las más grandes y también es una de las mas aisladas. La música revienta el lugar haciendo que los vidrios vibren al compas del bajo, las chicas se pasean con sus minifaldas a nuestro alrededor y la seguridad acordona todo el lugar.
Uno de los hombres de Dono nos reconoce y nos hace señas para que nos acerquemos a él.
—El jefe nos pidió que escoltáramos a sus invitados de honor a la suite —nos informa, pero Hotch y yo no entendemos de lo que está hablando.
—¿Qué? —pregunto al sujeto.
—Ustedes son Edward Black y Alexander Hotch, ¿no?
Hotch y yo nos dirigimos una mirada y después al gorila.
—Sí —respondemos al mismo tiempo.
—Vengan por aquí —da media vuelta y camina por un pasillo que no se notaba a simple vista puesto que lo cubría su mastodonte cuerpo.
Al fondo del pasillo se encuentra un elevador, el hombre de seguridad inserta una llave y el botón de PH se enciende y enseguida las puertas se abren.
—Entren, arriba los espera mi jefe.
Mi amigo y yo hacemos lo que nos dice y vemos al hombre dar media vuelta antes de que las puertas se cierren.

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Cicatrices [Saga Clandestinos]
Teen FictionÉl estaba roto por dentro, una herida que nunca sanó. Él no quería volver a amar, no después de que la perdió, no después de que su padre se la arrebató. Ella quería estár muerta. Ella no quería ser lo que era, ella solo quería su libertad. Todo cam...