Nuevos cambios

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Mi cabeza dolía. Me sentía mareada y todo en mí daba vueltas. Un montón de emociones se hacían presentes en mi pecho, opacando todo en mí. El sin fin de preguntas rondaban en mi cabeza buscando una respuesta. Lo que más me preocupaba era Samanta ¿qué habrá pasado con ella? ¿Le habrán hecho algo? ¿Estará viva siquiera? Ese era el tipo de preguntas que me torturaban en mi interior. Sin contar las que me hacía sobre el chico que tenía a mi lado. ¿A dónde me estará llevando? ¿Cuál será su plan? ¿Cómo podía haber confiado en alguien sin ni siquiera conocerlo? ¿El hecho de estar en una situación de peligro me había hecho confiar en él o porque al ser atractivo generaba algo en mí que me había llevado a aceptar su ayuda?

No podía pensar en algo claro con toda esta situación. Lo único que pude hacer en ese momento era mirar por la ventanilla y pensar que todo iba a salir bien, y que toda esta pesadilla termine lo antes posible

A lo lejos divisé una casa que parecía muy bonita. Hasta el momento no me había puesto a pensar, lo que iba a ocurrir a partir de ahora. Este chico, llamado Mike según me había dicho, se había ofrecido a ayudarme, pero yo no sabía ni como pretendía hacerlo ni a donde estábamos yendo.

Lo miré una vez, para buscar en su facciones alguna respuesta a mis preguntas. Pero su cara estaba fija en el camino que estaba delante de él.

- ¿Me podrías decir adonde estamos yendo?- Le pregunté sin dudar. Hace horas que estábamos conduciendo y ya me empezaba a exasperar esta situación. Necesitaba detener esta incertidumbre.

El volteó su cara por un segundo, y me miró. Aunque ya llevaba horas con él acá adentro no podía dejar de admirar su belleza. Esos ojos color marrón, parecían tan profundos, y al verlos podía notar un sin fin de sensaciones recorriéndolos.

- ¿Ves esa casa que está allá?- señaló. Era la misma casa que yo estaba viendo hace un rato por la ventanilla. - Ahí es donde estamos yendo. Si queremos ayudar a tus amigos, primero tenemos que llevarte a otro lugar, para asegurarnos de que estés a salvo, y después nos vamos a ocupar de los demás.

En ese momento lo quedé mirando, "tenemos", "asegurarnos", había usado palabras en plural como si incluyera a más personas. En este momento solo estábamos él y yo en la camioneta. ¿A quién más se podría referir?

- ¿Hay alguien más que me va a ayudar pregunté?- El rápidamente asintió con la cabeza- Ya lo vas a ver- Aseguró.

Rápidamente llegamos a esa casa, y Mike me ayudó a bajar del coche. Mientras esperaba que el busque las llaves, me quedé observando mejor este lugar. En verdad era hermoso, la casa se encontraba en el medio de un campo donde había establos con caballos, y a lo lejos se podía divisar un río. Sin dudas debía ser fantástico habitar acá, junto a todo lo que lo rodeaba.

Al ingresar a la propiedad, no pude evitar seguir sorprendiéndome. Nunca había visto nada igual, si la casa por fuera parecía radiante, por dentro no me alcanzaban las palabras para describirla. Estaba todo hecho de madera, y contaba con un salón principal, donde se podía ver que estaba destinado al comedor. A lo lejos se podía divisar una cocina con la última tecnología y a mi costado había una escalera que supuse conducía a las habitaciones en la planta alta.

Mike al notar mi cara, no pudo evitar reír.- ¡Veo que te gusta!,-exclamó.- Ven hay alguien que quiero presentarte- Me guió hasta el salón, donde a la derecha se podía ver computadoras y gente trabajando en ellas. Tenía tantas preguntas y tan pocas respuestas.

Al instante apareció en la habitación un nombre alto y canoso, de unos cincuenta y cinco años. Al verme me dedicó una sonrisa y se acercó a nosotros. - Veo que la trajiste sana y salva- le dijo a Mike.- Me presento, soy Robert Ronda, padre de Mike, y el que maneja todo este lugar. - me estrechó la mano, la cual acepté- Espero que mi hijo se haya comportado bien contigo.- comentó. Mis ojos fueron directo a Mike, que me miraba expectante a mi respuesta. Podía notar en sus ojos, el ruego de que mi respuesta fuera afirmativa.

- Sí, señor, sin la ayuda de su hijo, nose que me podría haber pasado- En ese momento por la cara de Mike se formó una sonrisa de oreja a oreja, y formó un "gracias" con los labios.

- Me imagino, que debes tener un montón de dudas, y de preguntas.- dijo Robert a lo que asentí. Tenía miles de preguntas, que requerías una respuesta.

- Ahora lo que te puedo decir, es que localizamos a tu amiga y está bien, ya pronto la traeremos de vuelta. Mientras tanto tú debes permanecer aquí por tu seguridad. Mi hijo Mike se va a encargar de mostrarte el cuarto en donde te vas a quedar y le diré a Vanesa que te prepare algo para comer. Me imagino que debes estar cansada, fue un día muy largo, espero que tu estancia aquí se de tu agrado. - finalizó antes de desaparecer por la puerta.

¿Porque todos decía que mi seguridad estaba en peligro? Eso me hacía pensar que los hombres que habían ido a la escuela, me estuvieran buscando a mí. Aunque era muy descabellado pensar esto, en este momento no sonaba tan loca la teoría, ya que Mike, que no conocía me salvó sin darme muchas explicaciones.

Cuando su padre se fue, Mike agarró mi mano y me guió por el pasillo hacia las escaleras. Una sensación extraña me recorrió todo el cuerpo, tal como cuando estábamos fuera del colegio. Subimos la escalera y caminamos por los pasillos de la planta alta, hasta que se detuvo en una puerta.

- Esta va a ser tu habitación- dijo, para después abrirla.

La habitación era espaciosa, pero se veía acogedora. Era inmensa comparada con la del instituto. Tenía una cama mucho más grande que la mía y un televisor de pantalla plana arriba de una cómoda. E mucho más de lo que siempre soñé.

-Ponte cómoda, y descansa. Cuando estés lista baja a la cocina, que ya van tener la comida lista.- dijo Mike- Mi habitación está acá cerca- me la señaló. S encontraba a justo dos de la mía- Si necesitas cualquier cosa, no importa la hora que sea, no dudes en decirme. Para que sepas, hay toallas en el baño, y trajimos tu ropa del internado, la cual está limpia.- finalizó.

Me miró una última vez antes de comenzar a caminar por el pasillo.- ¡Mike, espera!- lo llamé. El inmediatamente se dió vuelta.

Me acerqué a él, y no pude evitar oler su perfume, me encantaba su aroma. Era tan varonil.- Te quería agradecer por todo esto, por dejarme quedarme en tu casa, y por ayudarme con Sam. Nunca nadie había hecho algo así por mi antes y te lo agradezco enserio.

Me dedicó otra más de sus sonrisas- No hay nada que agradecer Valen- dijo. Amaba como sonaba mi nombre en sus labios. Nos quedamos así parados un rato sosteniéndonos la mirada. Hay tanto que quiero saber.

Se que debes tener un montón de dudas, pronto responderé todas.- dijo como si estuviera leyendo mi mente.- Ahora me tengo que ir a ayudar a Vanesa a cocinar- aclaró. En ese momento algo en mí se movió.

Nose que era este sentimiento, ni si Mike era el que me lo ocasionaba. Pero estaba segura que a partir de hoy mi vida no iba a ser la misma de siempre

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Hola, les dejo un nuevo capitulo, espero que lo disfruten, no duden en comentar qué les pareció. Gracias!!!!!!!!

Desidium (Michaentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora