III

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Cuando Black Hat por asomo pudo ver a través de la pequeña rendija que quedaba en la puerta a medio cerrar, sintió una lacerante necesidad correr por sus manos y expandirse por sus brazos hasta llegar a su pecho. Nunca había visto imagen tal del menor, lo usual era verle como quien era amonestado por una cosa pero tenía plena confianza en otra. Su actitud siempre denotaba una compensación exacta entre sus debilidades y sus virtudes.

Sin embargo aquel día la posición ligeramente acurrucada del chico y la mirada lastimera que dedicaba a la temblorosa mano que descansaba sobre el escritorio lo llevaron a una realidad que desconocía, una dónde uno de los pilares más importantes de la compañía estaba flanqueando, una en la que los llantos que a veces escuchaba al recorrer el pasillo por las noches no eran producto de los diversos espíritus que acechaban por las esquinas de la mansión.

No podía negar que le preocupaba, después de todo el científico tenía un lugar importante allí, nadie lo podía negar.

— Oye inútil.

Intentó abrir la puerta con toda la naturalidad posible y disimular lo mucho que lo turbaba el estado actual de su empleado. Por la mirada sorprendida y atemorizada que éste le dirigió entendió que había conseguido su cometido.

Lo rutinario era que Black Hat se quedara en la puerta, le hablara de lo que tenía que hacer, le pidiera que se lo entregara en la noche y continuara su camino por el pasillo. Dejando al menor trabajando incansablemente para poder cumplir con el plazo establecido.

Esta vez Black Hat entró al laboratorio como pocas veces lo había hecho y se entretuvo mirando un par de planos azules que estaban colgando de la pared.

El científico no soltó palabra alguna y estaba más atemorizado que de costumbre, el ambiente estaba ligeramente cargado entre el miedo de uno y la indiferencia del otro.

— Quisiera preguntarle cuál es la manera de reducir la distancia entre dos puntos.

La mirada del menor brilló ligeramente.

— Depende de la superficie en que estos se ubiquen.

La voz seguía sin sonar del todo confiada, Black Hat estaba convencido de que si fuera demencia quién hubiera hecho la pregunta con seguridad habría contestado de forma petulante mostrando superioridad en el tema, una arrogante muestra de sus múltiples conocimientos. Nada lo irritaba más que esa humildad que usaba para evitar ofenderlo a él.

— ¿Le gustaría contarme más? — Sin esperar permiso o respuesta alguna se sentó en la silla disponible más cercana al científico. Se puso cómodo e invocó algo de té y un par de panecillos por si su empleado gustaba calmar sus nervios con comida.

Flug parecía impresionado. No se le podía culpar pues era la primera vez que veía ademán tan descomplicado en el mayor y aún con el peligro de una muerte súbita acechando no pudo evitar pensar que aquello era bastante atractivo.

Concentrándose lo más posible el científico pasó saliva bruscamente mientras pensaba en sus palabras, acción que no pasó desapercibida ante la mirada de mayor, a quién le embargó cierta curiosidad el ver la manzana de Adán subir y bajar, junto a los músculos de ese cuello blanco pronunciando una garganta que lucía por demás tentadora.

— Lo más usual para la medida entre dos puntos de manera directa se conoce como la distancia euclídea y es una simple recta trazada de punto a punto como solemos hacerlo con la regla.

Ahora se escucha más confiado, dejaba que las palabras simplemente fluyeran, libres de tartamudez o pausas.

— ¿No existen excepciones?

Flug le dirigió una mirada con un pequeño deje de indignación. A Black Hat let gustaba aquello, llevaba algún tiempo sin jugar de aquella manera con otro ser y debía admitir que el humano de grandes capacidades mentales le estaba dando bastante diversión.

— ¡Por supuesto que no! Desde que se tengan siempre los factores adecuados en cuenta, las líneas rectas van a ser siempre el camino más corto entre dos puntos.

Aquella ligera irreverencia le recordaba a la presunción con la que a veces se dirigía al presentador de los vídeos que hacían sobre su compañía.

Black Hat se inclinó ligeramente hacia Flug en un ademán felino.

— ¿Y qué factores son esos?

Su voz sonó un poco juguetona, pero el científico no lo notó.

— En el caso de medidas en la tierra depende enormemente la escala en la que se midan las distancias, por ejemplo si los puntos están en una escala pequeña es decir un plano, lo mejor es la línea recta que antes mencionaba. — Black Hat involuntariamente alzó una de sus cejas, cada vez se sentía mejor en su presencia y Flug lo miró especulativamente, el ambiente entonces era más tenso. Pese a ello tras una pequeña pausa continuó hablando.

— Por otra parte si la escala es muy grande y queremos conocer la distancia se utiliza una geodésica.

Black Hat sintió cierta necesidad tras la mención de la palabra, aquella bailaba de forma exquisita en la boca del científico.

— ¿Una qué? Perdón no te escuché bien — Claro que lo había escuchado bien, demasiado para su propio bienestar mental.

— Una geodésica, es una curva y se traza sobre una esfera, en este caso la superficie terrestre — De nuevo la maldita palabra, estaba seguro de que le estaba gustando aquel juego en el cuál sólo él sabía que estaban jugando y sin embargo iban empatados. — Es casi como si un plano cortara una parte de la esfera entrando hasta el centro y tocando ambos puntos.

«entrando hasta el centro» «tocando ambos puntos»

¿Era consciente de lo eróticas que estaba haciendo que sonaran las matemáticas?

— Entonces dígame doctor sí esos dos puntos, fueramos usted y yo. ¿Cuál tendría que usar para acercarme?

El científico no entendió lo que conllevaban aquellas palabras y respondió sin meditarlo siquiera.

— Obviamente se utilizaría la distancia Euclídea, estamos muy cerca en la misma habitación. Existe un plano por lo que no tomaría dificultad alguna que los puntos se acercaran.

Trastocado por las involuntariamente provocativas palabras del menor, Black Hat se levantó de su asiento y se acercó en línea recta el menor, un par de pasos bastaron para tenerlo de frente, mirándolo hacia arriba un poco cohibido ante su presencia.

— Aunque siento que no estamos lo suficientemente cerca, su información es correcta. No parece equivocarse ese cerebro suyo.

Sonrió de lado aún mirándolo.

— Venía a decirle que debería tomarse el día, lo he notado estresado. Y una pieza tan valiosa de la compañía no puede tener en riesgo su integridad.

Entonces se alejó y justo cuando llegó a la puerta giró su torso para mirarle de forma directa.

— Me han gustado sus enseñanzas, espero pronto tener una clase más práctica.

Dejó la insinuación en el ambiente mientras se iba. Cada quien quedó con diversas inquietudes respecto a la situación que acababan de vivir.

Black Hat sólo aspiraba subir un poco el ánimo del chico para que esto no afectara sus funciones laborales, pero su gusto por esos juegos cómplices se había escapado de sus manos cuando notó el excelente jugador que de forma inconsciente llegaba a ser el científico.

Por otro lado Flug quedaba confundido repasando cada línea dicha, convenciéndose a sí mismo de que aquella extraña amabilidad era premonición de un terrible futuro.

Over estimated - PaperHatWhere stories live. Discover now