6. Un extraño cuento de hadas.

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Gordon se sigue peinando en el espejo retrovisor; llevamos cinco minutos aparcados frente a la casa de Nora, donde la fiesta ya ha comenzado, pero para Gordon parece sumamente importante no tener ni un pelo fuera de lugar, lucir lo mejor posible. Debí haber notado que sería de esta manera cuando apareció esta mañana con su cabello recién cortado nada más para esta fiesta.

—¿Vas a felicitarla por su cumpleaños o a pedirle su mano a sus padres? —interroga Evan desde el asiento trasero.

—Pues no he cobrado y no pude traer un gran regalo hoy, solo uno pequeño, así que soy obsequio principal, tengo que verme bien —Gordon echa en suspiro luego de mirarme—. ¿Qué tal? ¿Dirían que me veo como un príncipe?

—Pues si esto fuera un cuento de hadas y Nora una princesa... —Evan se echa para atrás en el asiento a reflexionar y Gordon y yo rodamos los ojos porque sabemos bien que se viene una dosis de incoherencias—, creo que tú serías un caballero, de la guardia real, no un príncipe, no tienes madera de príncipe.

—¿Disculpa? —Gordon se voltea a mirarlo, alzando las cejas.

—¿Sabes quién sí es un príncipe? —Evan le sonríe.

—No lo digas —Gordon aprieta los dientes.

—¿Brooks? —yo interrogo.

—Exacto, él sí es un príncipe, ¿No lo notan? Es letrado, inteligente, tiene buen porte, muy educado, es el partido perfecto ¡Si yo fuera una princesa querría a alguien como Brooks! —admite Evan, poniendo una mano contra su pecho con propiedad—. En cambio tú, Gordon, eres más rudo, más tosco, menos inteligente, más de calle ¿Entiendes? No que sea algo malo, las princesas a veces se sienten atraídas por esa clase de rudeza.

—Sabes demasiado sobre los gustos de las princesas —murmuro, frunciendo el ceño—. Pero puedo ver tu punto, creo que... tienes razón.

—Pensé que estabas de mi lado —Gordon alza las cejas, ofendido.

—¡No es algo malo! —yo espeto—. Al menos no eres un plebeyo, ya sabes, panadero o sirviente, sería peor.

—Exacto —Evan afirma—. Eres un guardia real, lo gente confía en ti, eres noble pero proteges a la familiar ¿Entiendes lo que quiero decir?

—Esto es ridículo —Gordon rueda los ojos mientras saca la llave de la ignición.

—Lo siento, papá es escritor de cuentos infantiles en su tiempo libre, el hombre tiene mucha imaginación, todo lo saqué de él —Evan resopla y abre la puerta del auto—. Ahora salgamos, la princesa no va a celebrar su cumpleaños sin su guardia real a su lado.

—Jesús, ahora todo tiene sentido, vive en un cuento de fantasía —murmura Gordon.

Yo me echo a reír y salgo del auto luego y echo un vistazo hacia la casa de Nora, no se ve como que será una fiesta demasiado grande. Hay un par de autos afuera y puedo escuchar la música viniendo desde adentro pero no es como aquellas fiestas a las que solía ir cuando estaba en la preparatoria, parece una reunión calmada.

Cuando entramos es algo diferente, la casa tiene las luces opacas y hay una vibra de club calmado, la calma antes de la tempestad, hay una canción de Ariana Grande sonando, estoy seguro de que es ella. Hay varias personas, más de las que pensé que habría, por supuesto que todos parecen salidos de la facultad de artes y humanidades de la universidad. No esperaba menos de personas que se juntan con Jerome.

—¡Ian! —Nora chilla desde a través de la habitación antes de casi saltar en dirección a Gordon, rodeando su cuello con los brazos y estampándole un gran beso en los labios—. Viniste.

Besar a un ángel en la oscuridad |BL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora