Capítulo 8

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Adam

Me estaba volviendo loco entre todas las opciones de casas que podría comprar, el problema es que no sé cuál es" la casa", no quiero una habitación solo para llegar a dormir quiero que ese sea nuestro hogar al igual que en el lugar que crecí. Aún tengo recuerdos de mi mamá preparando las cenas de todas nuestras navidades juntos, el intercambio de regalos, el saber que estaba seguro y feliz con mi familia, eso es lo que quiero para mis campeones, así que aquí estaba discutiendo con Jake los pros y contras de todas las opciones.

— Esta tiene un patio trasero agradable—le sugiero.

— Pero solo hay espacio para un auto en la cochera—veo como se concentra en las hojas que tenemos regadas por toda la mesa.

— ¿Y para que queremos más espacio? Solo somos los cuatro y no tendrán auto hasta que tengan diecisiete años.

— ¿Siempre vamos a ser solo nosotros? —esa es la voz del pequeño Jared que llega y se acomoda a mi lado para ver las fotografías de las casas evitando la descripción de cada una.

— Tal vez algún día se expanda nuestra familia—me atrevo a responderle, pero aún no sé exactamente a qué se refiere ¿Una mamá? ¿Un hermano? ¿Una mascota? Ya somos cuatro y aunque financieramente no estamos mal, la reacción de cada uno podría ser diferente al añadir a alguien más en esta mezcla.

— ¿Eso también será cuando tengamos diecisiete años? —me pregunta ahora Jace apareciendo de la cocina con un bol de palomitas que coloca en la mesa.

De verdad no sabía cómo responder a esto. ¿Será este el momento en que ellos me cuestionan porque no tienen una mamá? Nunca pareció importarles demasiado y ahora me encuentro en un conflicto, saben lo necesario y no creo que les baste.

— Papi... ¿Qué hace una mamá? —la pregunta de Jake congeló todos mis pensamientos, ¡Mierda!

— Es verdad... Yo veo que a Emiliano lo lleva su mamá a la escuela—aporta Jace.

— ¡Y eso qué! ¡Nuestro papi también lo hace! —me defiende ahora Jared.

Los tres me miran esperando las respuestas que no tengo, sé lo que hace una madre pues tuve a la mía siempre presente, lo que no sé es que hubiera hecho Irene, para empezar, aún recuerdo de cómo se quejaba por estar "engordando" como ella lo llamaba cuando estaba embarazada.

— Una mamá te protege... —comencé a hablar con un nudo en la garganta— Te da besos de buenas noches sin importar que tan mal haya sido tu día—continúo mirando las hojas sobre la mesa, explicar esto es tan complicado— Prepara tu comida con mucho amor, te muestra lo que está bien y mal, te da los mejores consejos que puedas escuchar y cuando te enfermas te cuidan con toda la calidez de su corazón.

Levanto la mirada y los tres me observan con esos ojos curiosos que solo están llenos de más dudas.

— Tu también nos cuidas así papi... —aunque esas son las palabras de Jace parece estar pensando en otra cosa.

— Así es, entonces... ¿Qué casa es la que más les convenció? —los tres arrugan la nariz y comienzan a negar con la cabeza— Está bien chicos, tenemos todo el fin de... —antes de poder seguir hablando suena el teléfono del departamento haciendo que los tres corran a pelear por el.

— ¡Tío David! —grita emocionado Jared— Sí, estamos viendo unas casas, ¡Sí!, está bien ya te lo paso—me tiende el teléfono con una sonrisa enorme.

— ¿Qué sucede David?

— ¡Adam! De verdad necesito que me hagas un favor muy grande.

— Dime ¿que necesitas?

Todo lo que nunca quiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora