Capítulo 25

32.3K 1.9K 155
                                    

Cassandra

— ¡Mamá! —sonrío en cuanto escucho el grito de mis increíbles tres, ya llevan varios días llamándome mamá y yo no puedo con toda la felicidad que eso me provoca, al principio no lo podía creer por qué no me imaginé llegar a ser una mamá luego los veía y sabía que nunca podría renunciar a ellos. Los tres corren a mis brazos después del timbre de salida en su colegio y los recibo con todo el amor del mundo.

Hoy me pidió Adam de favor si podía recogerlos de sus clases porqué el tenía una junta muy importante, yo feliz de salir de Vainilla & Chocolate para verlos más temprano, también me he estado involucrando más en el negocio de este modo Maia ya tiene más tiempo para descansar.

— ¡Mis chicos! —río cuando casi nos caemos al suelo, afortunadamente alguien me sostiene por la espalda, dispuesta a disculparme me giro para ver a la persona, pero mi sorpresa es mayor al encontrarme con David.

— ¿Hermano?

— ¿Tío David? —los chicos se acercan a él y también lo abrazan, después de tanto tiempo es lógico que lo extrañaran, no quiero, pero aun así examino su aspecto más cansado y visiblemente pálido, a pesar de que es un día soleado carga con él un suéter.

— Hola campeones ¿Escuché que ya le dicen mamá? —ellos se ponen un poco avergonzados cuando regresan a tomar mi mano.

— Sí, a mamá no le molesta ¡Y es increíble poder decirles a todos que nuestra mamá nos hace postres siempre que nos portamos bien! —contesta Jace muy emocionado.

— ¡O poder decir que nuestra mamá tiene el mejor trabajo del mundo en su cafetería! —ese es Jared que está en los brazos de mi hermano mientras caminamos a la salida.

— También es bueno que nos ame, por eso le decimos mamá, tío David—mi hermano sonríe y pone una de sus manos en mi espalda para guiarme al auto que me prestó Adam.

— ¿Cómo entraste al colegio? —le pregunto en medio de toda mi confusión, hace poco tuve que venir acompañada de Adam para que me dieran la autorización de recoger a los trillizos.

— Ya me ha tocado venir por ellos ¿No es cierto campeones? —los tres asienten acomodándose en los asientos de atrás— Me dijo Adam que podía encontrarte aquí—la fuerza en su voz desaparece de poco en poco— Tenía que verte hermanita, ya es mucho tiempo ¿Crees que podamos hablar bien esta tarde que regreses a tu departamento? —quiero decirle que hace tiempo no voy a mi lugar más que para recoger ropa, pero ambos necesitamos esto así que asiento con mi cabeza.

— ¿Te parece bien si nos vemos en dos horas? Hoy nos veríamos con Adam en su oficina, pero no creo que se niegue a que vaya para hablar contigo—hay cierta tensión que no sé como desaparecer y no me gusta, porqué mi hermano es la persona en quien más confiaba e idolatraba y ahora... mantenemos cierta distancia para no lastimarnos.

— ¡David! ¡Te lo advertí maldita sea! —aparece Shelby toda roja, respira con agitación así que supuse que llegó corriendo, su piel es tan blanca que no disimula ni un poco su estado cansado— ¡Eres un maldito terco! ¿Qué si te sucede algo y no estoy cerca para ti? ¡Ten un poco más de conciencia! —la pobre chica está tan enojada que no sé si es seguro meter las manos al fuego por mi hermano, es hasta que sus ojos se llenan de lágrimas que mi hermano suelta un pesado suspiro.

— Perdóname nena, pero sabes que tenía que encontrar a Cassy—Shelby tan delicada como parece me sorprende al darle un golpe en el pecho y por supuesto que no pasa desapercibido el "nena" por parte de mi hermano, esto es algo de lo que le preguntaré cuando nos veamos en la tarde.

— ¡David! Prometiste que te ibas a cuidar—lo acuso con los brazos cruzados.

— ¡Lo sé! ¡Pero es un obstinado de lo peor! —responde Shelby mientras mi hermano la sostiene en un abrazo, veo que ya mis chicos están listos y comiendo su refrigerio así que es hora de que nos vayamos.

Todo lo que nunca quiseWhere stories live. Discover now