Capítulo 20

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- ¿Cuándo volverán? - Andrew giro la cabeza para ver a los demás soldados que se despedían de sus seres queridos

- 6 meses, es lo mínimo. Solo es una extracción - El rostro de Andrew era tosco, como el primer día que tropezó con Eva

- Espero volverlos a ver

- Tenlo por hecho

- Cuídate mucho y cuida a mi papá

- Tengo que irme

- Toma - Le entrega un sobre - Allí hay una carta, léala cuando vayas a dormir

- Gracias - Andrew la da un abrazo - Te quiero.

...

- Bien... Mi capitán, usted será el encargado de esta área, cada 3 días pasará el cartero a dejarles encomienda o órdenes – Decía el coronel Ford

- Volveré en unos meses para relevar tu mando aquí y puedas volver a Washington, Walker

- Si, coronel

- Me retiro

- ¡A formar cabezas de cornoque!

Todos se formaban rápidamente

- Las luces se apagan a las 7 de la noche, a las 5 de la mañana los quiero formando para que demos la patria diaria. Mañana recuperamos un territorio, allí es vital para el reabastecimiento de las vidas que hay allí, ya deben saberse el plan a la perfección, partiremos a las 0400. Bien, a dormir par de mariconas. ¿Entendieron?

- ¡Si mi capitán!

En la intimidad, Andrew se disponía a descansar, cuando vio la carta de Eva. Encendió su linterna y se dispuso a leerla

Sé que cuando leas esto, estarás lejos de mí.

Mi amor, te voy a extrañar mucho, voy extrañar más raras bromas que jamás había escuchado, tus risas, tus besos, tus caricias y muchas cosas más. A ti valiente soldado, vuelve pronto porque te quiero con vida para darte un abrazo que te dejará sin oxígeno.

Te amo. Siempre tuya, Eva

Había un beso en la hoja

- Debió amarme mucho para hacer esto. Debo dormir un rato - Andrew se llevó la nota al pecho

...

- Jamás pensé que hiciera tanto calor

- Vete acostumbrando. Par de niñas, no las veo en orden

- ¡Estamos listos, señor!

- Bien, escuchen bien porque no voy a repetir, si el coronel Gerald le gustaba pues a mí no, estas son las coordenadas ...

3 semanas después

Eva estaba en casa tratando de dormir, a su lado tenía la almohada de Andrew, tenía su olor varonil, aunque no era un hombre que le gustara las fragancias, pero el olor de su piel era tan varonil

- Hija... - Su madre estaba en la puerta

- Hola, mamá

- Ellos estarán bien

- Mamá... Es difícil decírtelo

- Me estas asustando

- Es que...

- ¡Solo dilo Eva!

- ¡Vas a ser abuela! – Gritó Eva de sope



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