2. Respirar.

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El apetito se me ha ido, tengo revuelto el estómago y no puedo sacar los ojos azules de Chris de mi mente. Pensé que había superado su recuerdo, sin embargo, ahora me siento torturada.

Miles de imágenes invaden mi mente, éramos tan jóvenes cuando nos conocimos. Me ha fallado más veces de las que puedo contar y ahora... Ahora finge no conocerme.

¿Cuántas veces has dormido en mi cama para olvidarme?

Por un momento, todos los problemas que sucedieron ésta última semana me pesan haciéndome entrar de forma abrupta a mi consultorio. Estoy afligida y no comprendo bien por qué.

Jane entra detrás de mí, me dejo caer en mi silla de escritorio; los músculos me duelen e incluso me cuesta respirar con normalidad. Por un momento creo que empiezo a hiperventilar pero mi secretaria me ayuda acercándose y comenzando a hacer viento con una revista. — Malva... ¿Qué sucede? ¿Qué tienes? Estás pálida.

— Tranquila, Jane. Ya pasará... — Intento tranquilizarla mientras comienzo con una serie de respiraciones para volver a respirar con normalidad.

— Te traeré agua, parece que has visto un fantasma.

Sí, un fantasma del pasado.

Sale corriendo por la puerta en busca del vaso, mi mente duele de solo recordar la mirada de ese hombre. ¿Qué hace aquí después de tanto tiempo?

Creo que estoy soñando, de hecho me ha pasado muchas veces de soñar con él, sueños que se convertían en pesadillas. Christopher es el pasado que me duele. Otro de mis recuerdos que tengo que olvidar cada día para seguir mi vida.

Jane vuelve a entrar con un vaso de vidrio en la mano, odio los vasos de plástico. Me lo pasa y me lo bebo de un trago. — Quizás necesitas comer algo...

No. Necesito una explicación. Estoy atragantada con el recuerdo del hombre que no he podido olvidar a lo largo de todos estos años.

Por fin puedo dejar de temblar, me recuesto en la silla y tiro mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.

Respira, Malva. Respira.

Creo que he colapsado. Jamás pensé volver a verlo, pero aquí está. Y ahora se hace llamar Borja. ¿Será que sigue trabajando de lo mismo o será verdad lo del modelaje?

— Gracias, Jane. Ya estoy bien. — Digo sintiendo como todos mis sentidos vuelven a ponerse en orden.

Ella se relaja al notar que hablo sin dificultad y sonríe. — ¡Me asustaste, Malva! ¿Segura que estás bien? Deberías comer algo.

— Lo sé, perdón. Estoy bien, Jane. Mejor ve a ver si han llegado los próximos pacientes, por favor. — Ella duda por un momento y yo también lo hago, no sé si seré capaz de concentrarme.

Antes de irse se gira y me mira con detenimiento. — Malva, Bruno ha llamado... Sé que debería esperar para decírtelo pero él ha dicho que ya ha solucionado el tema de la paciente 515. Que puedes estar tranquila.

Oigo sus palabras y la imagen de Bruno se hace presente en mi mente. Asiento y le agradezco.

Bruno... ¿Dónde estás? Te necesito aquí.

Mi día se pasa volando con la cantidad de pacientes que van pasando por el consultorio, lo único que he probado fue un té que Jane me obligó a beber. Porque sí, puede ser muy persuasiva cuando quiere.
Pero no tengo hambre. Generalmente soy de buen comer pero ahora siento algo en la garganta que me lo prohíbe.

Tomo mi bolso y acomodo un poco los papeles antes de salir, llevo el celular en la mano y al observarlo noto que son las seis de la tarde. Me encuentro con mi secretaria aún en su puesto de trabajo, al verme me sonríe y termina de apilar unas historias clínicas.

MALVA 💋Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ