3. Volver.

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Me duele la espalda de dormir en el sofá, intenté dormir junto a mi madre pero no era suficiente el espacio para ambas. He despertado con todo el hambre que ayer había perdido y como si fuera poco al llegar al estacionamiento me encontré con el Audi de Bruno.

Así que él ha vuelto y con él mis dudas.
Lo he extrañado bastante y debo admitir que es difícil estar lejos suyo.
Bruno se ha convertido en una persona muy importante en mi vida, antes de conocerlo mi autoestima estaba por los suelos y solía deprimirme con facilidad. Él me enseñó a valorarme y a volver a creer en mí. Es fácil creer que no vales lo suficiente cuando hay alguien que te lo recuerda todos los días, así que la confianza que ahora poseo se la debo a él.

Quiero creer que vamos a poder hablar y que dejará de evitarme aunque ahora mismo lo único que deseo es un café bien cargado.

Y quizás algo para comer.

No he podido desayunar aunque mi madre quiso retenerme pero logré hacerla entender que debía llegar a tiempo al trabajo.

Hoy temprano hablé con Sarah y me aseguró que volvería. Le pedí que controle más el tema de los medicamentos y que al mínimo indicio de un episodio me llamase. También hablé con el médico de mi madre y le comenté lo sucedido, me prometió que hablaría con ella sobre ello.

Intenté despejar mi mente al entrar por las puertas de la clínica, necesitaba enfocarme en el trabajo y olvidar lo difícil que se estaba volviendo mi vida personal.

Jamás pensé que en menos de dos semanas mi vida se convertiría en el conventillo de la clínica. Sinceramente, a pesar de todos los problemas a los que he sobrevivido en mi vida, éste se me hace pesado. Pesado y tormentoso. Incluso mi cuerpo está de acuerdo en eso, me cuesta hasta caminar.

- Doctora, buen día... - Saluda una de las enfermeras y solo asiento con una sonrisa al pasar junto a ella, esperando que mis anteojos negros oculten mis ojeras lo mejor posible. No necesito que me vean mal así que finjo mi mejor rostro para este día que recién comienza.

Camino por los pasillos hacia la cafetería, muero por un café. Pero lamentablemente mi paso se ve obstaculizado por alguien.

- Malva, hermosa.

¡Lo que me faltaba!

- Marco.

Un cardiólogo amigo de Bruno aunque se olvida de su amistad cuando me ve. Suele acercarse más de la cuenta y es bastante molesto. Morocho y con un gran atractivo pero incapaz de cerrar la boca. Es un gran médico pero un idiota como hombre. Sus ojos marrones brillan junto a su par perfecto de pestañas, y no lleva ni un rastro de barba.
Es un poco más alto que Bruno, su sonrisa hipnotiza a más de una enfermera y estoy segura que a enfermeros también. Pero por algún caso diverso del destino, él está obsesionado conmigo.

- Te ves tan hermosa hoy, la soltería te sienta bien.

Y hace lo de siempre, me toma de la cintura con fuerza y me acerca hacia él. Simula un abrazo y yo como siempre, retrocedo y lo alejo.

No lo soporto.

Detesto que haga eso. Lo detesto.

- Marco, ya hemos hablado de tus insinuaciones.

Mil veces. Lo hemos hablado mil veces.

- ¿Qué insinuaciones, Malva? Yo solo digo lo que es. - Vuelve a acercarme a él pero ésta vez con más fuerza, intento alejarlo pero es mucho más fuerte que yo. Más cuando ni siquiera he desayunado.

- Por favor, aléjate.

- Ay, Malva... Ahora que estás soltera no hay nada que evite lo nuestro...

MALVA 💋Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon