[AU] Omegaverse |Hibari| /5/

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i.

A veces, habían semanas de mierda que orquestaban una sinfonía de sucesos que solo parecían estar ahí para empeorar  el ánimo y los malos humos. (...) era burbujeante, pero como cualquier otro ser humano, habían días en los que tenía un humor de los mil demonios, donde lo único que quería hacer era descabezar al primer desgraciado que se le cruzara enfrente. 

Su mañana había iniciado de por sí mal y solo parecía empeorar conforme aumentaban las horas; quizá podía deberse a su estado también, pero prefería echarle la culpa al universo antes que permanecer soportando su creciente irritación.

Al despertar su cabeza resonaba como un tambor y la habitación parecía dar vueltas, mientras un molesto vacío similar a las náusea succionaba su estómago. Estaba como un zombie, despeinada y con profusas ojeras, sentada en el borde la cama, con un termómetro en la mano derecha que indicaba treinta y ocho grados, cuando su padre entró a la habitación.

—¿Aún no estás lista? Tu madre me dijo que dormías profundamente antes de que se fuera a trabajar, pero por lo general nunca pasas de la cuarta alarma —Regañó mientras caminaba de un lado a otro, recogiendo la canasta de ropa sucia.

—No creo que vaya a ir hoy... —murmuró lastimándose la garganta. Y su padre se giró asombrado, con expresión de haber escuchado un sacrilegio.

—¿Disculpa?

—No me siento bien —Le mostró el termómetro—, apenas y puedo hablar, y tengo náuseas.

—Eso se arregla con una pastilla y un té casero, no puedes faltar a clases, es tu último año, es muy importante.

—¡Estoy agonizando!

—¡De eso nada, si no estás lista dentro de diez minutos vendré a echarte agua fría! ¿Creíste que estabas en un anime donde el protagonista se queda a descansar en casa para que su omega con aires de sádico, dispuesto a golpear a medio Nanimori, venga a darte sopa de pollo y tengan sexo duro contra la cama?

—¡¡Pa!!

—¡¿No es la fantasía de todo adolescente con las hormonas alborotadas?! Digo, cuando conocí a tu madre, la dopamina no fue lo único que se me subió.

—¡No me interesa saber sobre tu vida sexual, viejo! —Le lanzó un almohadón que él recibió sin problemas, mientras reía. Luego, se sentó junto a ella, tratando de ser comprensivo.

—Sé que es duro, el estudio, último año, debes comenzar a pensar en lo que quieres o debes hacer para el futuro, el estrés debe estar a tope, pero haz un último esfuerzo (...), las vacaciones están cerca —Le acarició la cabeza, pero casi de inmediato, ella siseó adolorida moviendo el brazo para que dejara de lastimarla—. Pero no entiendo porqué te enfermaste, ninguno de nosotros lo estaba como para contagiarte, y no haz hecho ningún desarreglo obvio.

—Es un efecto secundario de los supresores —susurró ocultando el rostro en su mano—, estoy tomándolos porque se acercaba mi celo, se suponía que sería hoy, pero el efecto rebote me está abriendo los sesos —Él la miró con el ceño fruncido.

—¿Estás tomando supresores?

—Para los alfa son más baratos, no te preocupes.

—A eso no me refiero. ¿No suelen los alfa, simplemente...? —El silencio fue suficiente para realizar el resto de la frase.

—Papá, no soy una bastarda que utiliza a los omega como sacos de placer, deja eso.

—Lo siento, pero, ya sabes, no sé nada de esas cosas, solo soy un beta común y corriente, como una papa hervida sin sal. Igual que tu madre —Se encogió de hombros—. Pero ella me contó que estás cortejando a un omega, ¿cuánto llevas en eso? ¿No debería su olor suficiente para calmar tu dolor? —Un suspiro tan profundo escapó de los pulmones de (...) que casi fue suficiente para arrugar su caja toráxica.

KHR |Lectora|Where stories live. Discover now