"¿Por qué no me seguiste?"

31.4K 1.7K 883
                                    

-Un gusto conocerte, Giselle.-Me ofreció una sonrisa agradable el que era Aaron, chico el cual era más alto que yo; ante mi punto de vista podría llegarle al mentón o por la boca. Su cabello era negro como el carbón, disfrutaba de unas pestañas abundantes, ojos marrones tirando a negros y era el de cuerpo más atlético que los demás.

-El gusto e-es mío.-Tartamudeo de forma tonta pero no nos acercamos. Detrás de mí se escuchó como alguien se aclaró la garganta, a continuación Aaron se acercó a mí y dejó un pequeño beso en mi mejilla.

Bienvenido sea el sonrojo de nuevo.

Lentamente regrese junto a mi papá y con su mano en mi hombro escondí mi rostro con mis rulos de cabello marrón.

-Giselle, ven a ayudarme a preparar la mesa.-Con voz autoritaria mi mamá me mandó.

-Oh, dejala. Yo te ayudo mientras que ella conoce más a los muchachos.-Me defendió Leima y se acercó a mi mamá; Nelly.

Mi mamá asintió y se fue junto a mi madrina, mi padre junto al señor Pedro se sentaron en el comedor y después el chico llamado Gregory se sentó junto a ellos con ninguna dificultad de integrase en la conversación.

Mi vista fue dirigida a los dos chicos restantes, Alexander estaba mirando sus pies y Aaron me miraba fijamente con una pequeña sonrisa que hizo una vez más sonrojarme.

-Hola.-Pronunció Aaron.-Vamos a sentarnos en el sofá.

-Ujum.-Asentí y junto con Alexander como unos perros falderos fuimos detrás de él. 

-Dime, Giselle.-Mi nombre lo pronunció lentamente pero evite verlo a los ojos.-¿Qué me cuentas de ti?

-Pues... Soy violinista y bueno, tengo dieciséis años.

-¿Dieciséis años? Pareces mayor.-Dijo Alexander robándose mi atención, Aaron asintió a su lado.

-¿Qué edad tienen ustedes?-Me sentí cómoda de preguntar.

-Alexander dentro de dos semanas cumplirá diecisiete y yo cumplí diecinueve en Mayo.

-Genial, yo cumplí años en Febrero. ¿Gregory cuanto tiene?-Me sentí cómoda de preguntar, pues ellos generaban confianza, no tanta como la que me darían unos niños más pequeños pues aún me encontraba nerviosa, pero si el suficiente para hablar cómodamente.  

-En tres meses tendrá veintidós.-Respondió Aaron.

-¡Vaya!-exclamé.

-Giselle, ¿Podrías venir?-Mi padre me llamó del comedor.

-Voy, papi.-Dije y al ver a los dos chicos Aaron tenía una mirada rara sobre mí. ¿Una mirada intensa, tal vez?

No le tome importancia y obedecí a mi papá de juntarme con ellos.

-¿Por qué no tocas un poco de lo que sabes?-Preguntó Jason.

-Uhm... ¿Violin?-asintió-no creo que pueda, esta desafinado.

-Pues ve a...-la voz de Nelly interrumpió a Jason diciendo que ya la comida estaba lista.

-Después de un gran viaje, lo único que quiero es una buena comida junto a mi familia-Comentó el señor Pedro mientras abrazaba a su esposa y miraba a su hijo Gregory; quien miró aún sin ninguna expresión como el principio.

-Me pasa igual.-Sonríe mi papá. Mentira.

-Comamos.-Anunció mi mamá y cada quien buscó un puesto. Mi padre quedó en el cabezal, y el señor Pedro en otro, mi mamá se sentó a la izquierda de mi papá y yo le seguí a su izquierda, Aaron a lado de mi; su mamá de frente de él, Alexander del mío y Gregory a su lado.

Ya la comida servida, todos empezamos a comer. Yo me sentía incómoda, pues, aunque suena ridículo tener personas a mi al rededor mientras como me pone de los nervios.

Comer me parece un acto un tanto íntimo. Alguien que me vea comer, es poseedor de mi confianza absoluta.

-Comes muy lento.-Aaron susurró en mi oído.

-Ujum.-limité a contestar. Un pequeño cosquilleo se sitió en mi nuca al saber que una persona estaba detallando como comía.

-¿Por qué? Pareces un pollito.

-No lo sé.

-Te sirvieron poquito.-Me giré a verle y pille que no me miraba, si no, miraba a mi plato de comida, mi vista se enfocó en las demás personas que estaban en plena conversación sobre reses y ganados.-¿Quieres que diga que te sirvan más?

-No, es que como muy poco, y menos en la noche.-Volví a verlo, esta vez sí me miraba y era de forma confundida.

-¿Por qué?

"-Giselle es una gorda, Giselle es una vaca. ¡Come, Giselle, come!"

-La comida no me apetece tanto. Como para vivir, no vivo para comer. Lo esencial. 

-Es raro, a todos les gusta la comida.-Frunció el ceño e imité su acción. 

-Por lo visto no a todos, déjala-Una voz profunda que nunca había escuchado llamó mi atención, era el mismo Gregory, quien con un brazo en la mesa y con el mismo su cara estaba apoyada nos miraba seriamente.

-Bueno... ya lo veo.-se limitó a decir un incómodo Aaron.

La comida transcurrió sin ninguna otra interrupción, todos conversaban tranquilamente mientras que yo solo estaba concentrada en comer mi comida lento, Aaron no volvió a molestarme pero la mirada fija de Gregory causaba un poco de escalofríos en mi espalda.   

De la nada, un pequeño empujón recibí en mi pierna derecha, era la pierna de Aaron. Me giré a verle pero él seguía comiendo, no dije nada; pues pudo haber sido un accidente.

Enseguida descarte que fuera un accidente al sentir otro golpe.

-¿Podrían decirme donde esta el baño?-Aaron preguntó en voz alta para todos.

-Giselle.-Fue mi madre quien me mando con la mirada.

-Primera puerta del pasillo a la derecha.-Soné fría, pero no fue mi intención; lo que paso en realidad era que recién había tomado un poco de jugo.

-Gracias.-Entre dientes Aaron se fue sin decir otra palabra.

(...)

Ya todos habíamos acabado de comer, y ya era la hora de que los invitados se fueran. Me despedí amablemente de todos, cuando fue el turno de despedirme de Aaron él me agarro de la cintura tipo un abrazo y besó mi mejilla, pero en lugar de apartarse fue a mi oído a susurrarme algo.

-¿Por qué no me seguiste?-preguntó, no sabia a lo que se refería y lo único que se me ocurrió decir fue un "¿ah?".-Oh, tendrás un castigo.

Pero no fui capaz de entender la profundidad y significado de sus palabras.

Daddy AaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora