Eterno Amor (Zelink)

La primera noche

He llegado, afortunadamente he ido a la posta del río y me han entregado un caballo, al parecer todos están muy felices por el fin del cataclismo y la rotunda derrota del rey demonio, y también están felices de...que.. yo esté aquí. Al parecer a muchas personas les hace muy feliz verme y ver al héroe con vida y total vitalidad para reconstruir el reino, por ahí oí algunos rumores de los encargados de la posta de que se hará una muy grande fiesta en donde todas las aldeas, ciudades y regiones asistirán para festejar el inicio de una nueva era y el fin de la maldad en Hyrule, eso me parece muy bien, pero tendremos que buscar un lugar indicado para hacerlo, ya que solo quedan restos de los lugares ceremoniales y bastiones especiales para festividades de tal magnitud, imagino que averiguaremos como ingeniárnosla, en fin. No se como no me he perdido, había olvidado la inmensidad del Hyrule y subestime el tiempo de recorrido, afortunadamente he pasado por Kakariko a saludar a Impa y me han indicado el camino hacia Hatelia, que ahora se encuentra amurallada y con mucha protección, después de todo, creo que ya no será necesario, se vienen tiempos de paz, armonía y felicidad para todo el reino; he llegado justo a las 11 de la noche quizá Link se encuentre muy preocupado por mi, aunque se me hace extraño que no haya ido a buscarme, después de todo, demore medio día en llegar, ¿estará bien?, ¿tendrá algo planeado? ¿Me habré equivocado de ciudad?, sería gracioso encontrarlo en Arkadia, la otra aldea en la que tiene casa... qué raro.

-¡Bienvenida princesa, que alegría tenerla de vuelta!, ¿cómo se encuentra, desea quedarse esta noche a descansar, ya comió algo? – me preguntó una amable joven

-Muchas gracias, he venido a buscar al caballero elegido por la espada

-Ohhh.. Link claro, ese muchacho se la pasaba practicando día y noche en lo alto del monte Lanayru, al parecer hablaba con la mismísima diosa Hylia, se la pasaba viajando de allá para acá por todo Hyrule, es muy extraño ese joven...

-Ya veo -sentí como mi corazón se estremecía, ¿en dónde se encuentra? – casi rompo en llanto por lo conmovida que me sentía

-No lo sé princesa, ¿qué no venía con usted, después de haber derrotado a esa cosa en la llanura?

-No, el vino antes que yo para preparar unas cosas en su casa, viviré con él

-Oh!, ¿así que ustedes dos son...?

-No, no (eso desearía) – respondí temblorosa- solo que pues, como ya no hay castillo..tu sabrás. Jeje

-Ok, ya veo, pues no lo sé princesa, quizá este en su casa

-No lo creo, ya he ido y estaba cerrado, sin actividad aparente

-Pues entonces probablemente esté a la orilla del lago, ahí practicaba también cuando la nieve era muy densa allá arriba; está a unos metros de la granja y los cultivos del alcalde, a un lado de una llama azul, si se pierde siga los faros, nosotros aquí ya es hora de dormir, con cuidado princesa, descanse

-Muchas gracias, ahora mismo iré-la emoción de volverlo a ver me llenaba cada vez más, parecía como si estas horas separados hubiesen sido más que los 101 años.

Me dirigí a pie hasta aquel lago, ese día había luna llena, lo vi desde lo lejos, el se encontraba admirando el cielo con el reflejo de la luna en el agua, era todo un espectáculo. Notó mi presencia, volteo, me vio a los ojos y me sonrió.

-Llegaste-Con una gran sonrisa me recibió

Me acerque a él y el a mi, tomó mi mano y me dijo unas cuantas palabras

-Sí la luna desparece, y su brillo no vuelve a existir, si el cielo pierde su color, si el mar olas no tiene, si el sol no vuelve a salir, si las estrellas se ocultan, si el mundo te persigue, si te sientes perdida, si te sientes sola ahí estaré yo, ahí estaré para protegerte y cuidarte- Volteo rápido a verme con unos ojos profundos que denotaban sinceridad y humildad pura, me quede sin palabras y pensé en declararle mi amor, era el momento adecuado.