¡ No, hyung！[在] HyunIn. (CANCELADA)

-ˏˋEight.

Hyunjin.

No puedo creer que sea tan malditamente descarada, estoy ardiendo en rabia, la odio, los odio, ¡odio todo! No puedo vivir una vida tranquila, siempre que me siento mejor, llega y me hace mierda, la odio, la odio, la odio.

No le importan mis sentimientos, no le importa si sufro o no, no le importa nada.

-¡Es que no puede ser! ¡Odio tanto ésto! ¡Lo odio! -golpeé la pared con mis puños, lastimando mis nudillos, pero poco me importaba.

-¡Para! ¡Yo tampoco quiero ir! ¡escúchame! -habló agitada.- no quiero ir, realmente no quiero ir pero no tuve otra opción, me amenazó, y no se qué tan lejos ella puede llegar, pero no quiero que nada te pasa a ti, a mí tampoco. Te amo mucho y lo siento, pero no tengo otra opción. Mamá me dijo que te consiga un lugar para quedarte, porque dijo que sabe que tú no vas a poder cuidarte sólo, que en menos de tres días estarás muerto por no tenerme a tu lado; pero sé que eso no es verdad, sé que eres lo suficientemente fuerte para soportar estar años sin mí. -hizo una pausa, tomó mis manis y me miró.- Hablé con la señora Yang, le pedí permiso y le rogué. Aunque no era necesario, le rogué que dejara que te quedes en su casa por un tiempo, qué haría lo posible para pagarte un departamento; en cuanto consiga dinero en Alemania. Pero por favor, no te enojes con ella, enójate conmigo por ser tan débil y no negarme ante la obligación de mamá. -sollozó. - Realmente odio esto, odio no poder enfrentarla como quiero, odio no poder defenderte, odio tener que soportar verte mal por su culpa. Yo también odio todo esto, tú no eres el único, cariño.

Ignoré las lágrimas que bajaban por mis mejillas.

-¿Pero por qué lo hace? -hablé con un hilo de voz.- ¿por qué se volvió... así? -sollocé.

-Realmente no lo sé, cariño. Pero te prometo que algún día vamos a librarnos de ella y vamos a hacer nuestras vidas solos y sin tener que soportar sus idioteces. -rió - No te preocupes sobre el tema con la señora Yang, mientras fuiste hacer las compras con su hijo hablé todo con ella, la conocía desde hace tiempo, pero nunca tuve la oportunidad de venir acá. Ella comprendió todo y en ningún momento negó la petición que le hice sobre dejar que te alojes en su casa, voy a hacer lo posible por visitarte; no quiero que estés mal, no quiero recibir noticias de que estuviste llorando, quiero que estés feliz aunque no esté por un tiempo.

-¿Cuando te irás?

Ella suspiró, aguantando las ganas de no romper en llanto. -Pasado mañana, en la madrugada.

Maratón 2/3.