Pedazos.

Capítulo 10

Lía.

Me quede mirando al hacía arriba. Pensando. Espero que estemos bien, espero que Alex y todos estemos bien con nuestras vidas, con nuestros cuerpos. Con todo. Pero tal vez que yo lo quiera no es suficiente. Decidí que le diría a Alex lo que me estaba preocupando. Quien sabe y él pueda ayudarme.

–Alex... esto... necesito decirte algo–Empiezo. No lo miro porque siento que me puedo echar para atrás –, No hemos hablado mucho y bueno, no lo sé. Yo no quiero que nos separemos y sé que yo exagero mucho las cosas y de seguro piensas que exagero ahora, digo no tienes que vivir pegado a mí no lo sé ¿Qué estoy diciendo? Ok olvida eso. Digo que quiero que seamos buenos amigos. Amigos de verdad. Que yo sea tu apoyo y tú seas el mío y que nos podamos contar todo y con Sam también o sin ella, no lo sé. Podemos ser el trio perfecto y pasarla bien. Disfrutar algunas veces, Tal vez suena un poco cursi, lo sé. Pero es lo que quiero. No sé lo que tú quieres, me gustaría saberlo. Porque las cosas no son solo sobre mí... solo quiero algo bueno. Algo que dure por algún tiempo Alex– Alex no dice nada–

>> Y estoy asustada porque casi no hablamos y no estás obligado a hablarme, pero nuestra amistad ya termino una vez y bueno... me dolió y no quiero que pase de nuevo y tengo este sentimiento de que nada ha cambiado y no es que las cosas tenían que cambiar. Tengo miedo Alex, tengo miedo de herirme otra vez. Sé que no tengo miedo a la muerte, pero tal vez no quiero morir.

Tomo una larga respiración.

>> Porque solo de pensar que ya no veré las flores, el cielo, los árboles, las estrellas. Solo de pensar que ya no te veré a ti con tu sonrisa burlona o que no veré a Sam con sus ocurrencias. Me destroza por dentro. Y quiero que esta amistad funcione y quiero saber si quieres que funcione y si Sam quiere que funcione.

Entonces lo miro pero él no a mí.

– ¿Alex?

Nada.

– ¿Alex?... – Lo moví un poco y escuche un ronquido

¿Se durmió? ¿Desde cuándo...?

Me levante y le mire la cara y sí, sí. Se durmió. No me escucho entonces. Genial. Yo aquí armándome de valor y él se duerme. Tal vez es mejor que no me haya oído. Me acuesto de nuevo a su lado. Me quede mirando su hombro un poco descubierto revelando un pedacito de piel blanca y me tuve que abofetear mentalmente para no tocarlo. Seguí mirándolo y me deje llevar por los brazos de Morfeo.