Let Me Love You | Jenlisa (Reescribiendo)

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Lisa's POV

Jennie se fue temprano a la agencia. Yo no la acompañé porque aún me sentía cansada por el viaje y mi cabeza daba vueltas con todo lo sucedido. No fue para nada incómodo verla en la mañana, ella actuó con naturalidad y yo me dediqué a hacer lo mismo. Luego tendríamos tiempo para hablar, ahora solo dejaría que las cosas transcurrieran con normalidad.

Tenía ganas de visitar aquella cafetería a la que iba tantas veces y donde me encontré con Jennie la primera vez. Era uno de mis lugares favoritos, allí me sentía tranquila y en paz. Necesitaba despejar mi mente y qué mejor que hacerlo tomando una buena taza de café en ese lugar. Luego de ir a la cafetería me encaminaría a la agencia ya que Jennie dijo que tenía unas cuantas cosas que mostrarme.

Terminé de prepárame para salir y dirigirme hacia el lugar. El tiempo estaba cálido y hacia un hermoso día. La calles estaban muy transitadas algo que era prácticamente normal si vivías en New York. Ingresé a la cafetería y me pareció estupendo que no hubieran tantas personas allí, la cafetería no era muy conocida, pero eso no quitaba el hecho de que era realmente buena. Tomé asiento en mi silla favorita del lugar, me gustaba sentarme allí porque quedaba al lado de una gran ventana y su vista era fantástica.

De largo pude visualizar a la señora Wilson. Ella era la dueña de la cafetería. Recuerdo que desde muy pequeña visitaba este lugar y ella se convirtió en una persona muy importante para mí. Cuando tenía problemas en casa frecuentaba la cafetería y ella siempre me recibía muy amablemente. Se había convertido en la figura materna y paterna que nunca recibí por parte de mis padres. Cuando notó mi presencia sonrió y comenzó a acercarse hasta donde yo estaba sentada.

— Querida que milagro tenerte por aquí, hace mucho no vienes. — besó mi cabeza y se sentó para quedar frente a frente conmigo.

— Nonna, han pasado muchas cosas. De verdad lo siento. — yo la llamaba así de cariño.

— Cuéntame que te aflige querida, ¿ya pediste algo de tomar? — preguntó y negué con mi cabeza. — ¿qué quieres?

— Lo mismo de siempre. —sonreí.

Ella hizo una seña a los empleados del lugar y les dio mi pedido. Nonna siempre se preocupaba por mí. Confiaba mucho en ella y le agradecía infinitamente todo lo que había hecho por mí.

— Ahora sí. Cuéntame qué pasa Lis. — dijo en un tono gracioso. 

Ella sabía que mis padres me habían obligado a vivir con James. Nonna muchas veces ofreció que podía quedarme en su casa, pero yo por razones obvias no podría aceptar. Nunca nadie se interesó en si yo aceptaba la decisión que habían tomado mis padres, solo acordaron las cosas y yo me vi obligada a hacer lo que ellos decían. Nonna por otro lado siempre estuvo al pendiente de mí, se preocupaba y siempre me llamaba. Nonna era la única familia que tenía. Le conté todo lo que pasó con James, lo que me hizo esa terrible noche, le conté como todo eso me atormentaba pero ya lo estaba superando poco a poco, además que pronto daría inicio a las terapias. Ella quedó devastada y al igual que yo ahora mismo se encontraba con pequeñas lágrimas en su rostro. Realmente se preocupó y se veía muy angustiada.

— Mi niña — dijo cuando se secaba las lágrimas que bajaban por su rostro. — ¿Dónde estás viviendo? Dime por favor que ya saliste de ese infierno. Sabes que mi casa siempre estará disponible para cuando quieras ir. — trató de sonar tranquila.

— Tranquila Nonna. Estoy viviendo en casa de una chica que conocí. — sonreí un poco nerviosa porque por mi cabeza pasaron recuerdos de la noche pasada. — Ese mismo día en el que sucedió todo salí de ese lugar, no te preocupes más.