Capítulo 4. Pequeño empujón.

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Capítulo 4. Pequeño empujón.

La tv estallaba replicando a los gritos. Cada canal delataba la exaltada decadencia. Por todas partes todo era caos y violencia.

La gente marchaba en las calles , masivamente , a favor y en contra de sus lideres. Latinoamerica no era la excepción . La economía sufría un quiebre . En cada extremo, las fuerzas políticas tiraban de la soga disputándose un pedazo del sabroso pastel del poder.

En Buenos Aires el clima era tenso. La supuesta mejora laboral no llegaba a esconder el hambre , o la inseguridad. Andar por la calle era jugar con la ruleta rusa de la delincuencia.

Era todo parte de un todo...todo estaba cada vez peor. Cada vez más gente era capaz de hacer cosas aberrantes. El mundo era cada vez más frío , más oscuro. Sus sórdidos habitantes, completamente corrompidos , se hallaban cada vez menos dueños de su alma.

Era tal la amargura de pasar pasajeramente por los noticieros que Roni apagó la tv.

Victoria jugaba en el patio con una pelota rosada.

-¡No te vayas a caer!-le gritó Roni desde el ventanal de la habitación.

-¡No caio!-contestó.

Entonces Roni recostó la cabeza dos minutos sobre la almohada.

El calor era agobiante. Apenas una brisa movía las hojas en el cantero.

Roni no se percató de la sigilosa invasión en el cuarto , que pronto llegó a llenarse de polillas, de alas amarillas y gastadas.

En el patio, decenas de ellas revoloteaban. Se posaban sobre las cortinas, sobre los muebles. En la ropa colgada.

También escarabajos y arañas aparecieron por doquier.

Roni solo abrió los ojos cuando uno de los insectos le saltó en el rostro .

-¿Qué? ¡Victoria! -se asomó por la ventana, pero la niña no respondió. Algo inquieta, caminó al patio. Las alas se batían sin parar como un golpeteo y a su paso desprendian un olor que Roni creyó reconocer: los cigarrillos que fumaba Demian.

-¿Victoria?

Demian , que la esperaba al lado del portón cruzado de brazos le abrió la pesada reja.-Búscala.

De pronto Roni se cundió de un terror que jamás creyó sentir. Toda su piel se frizo en un segundo. Corrió hacia la esquina, y fue cuando se escuchó; seca, estridente, la frenada de un auto.

En ese momento el mundo se paró. Cada astro dejó de rotar. Cada voz se apagó. Solo la pelota cobró vida, para salir rebotando del lugar.

Para cuando todo empezó a moverse de nuevo , la secuencia era , ahora demasiado veloz. Como flashes.

Gente al rededor que gritaba. El dueño del vehículo agarrándose la cabeza. La ambulancia llegando sobre la avenida, abriendose paso entre los curiosos. A lo lejos, Demian observando .

El tramo al hospital fue lo mas duro. Aunque para ese entonces Roni no estaba conciente de nada. Dentro de este las personas corrían de un lado a otro. Las puertas se abrían y cerraban sin parar.

Cuando al fin se permitió reaccionar , Roni buscó un teléfono público. Este estaba en un pasillo, apostado frente a una hilera de bancos.

-"El número al que usted llama. .."

-Dios...Alejandro. ..

Trató varias veces en vano, nunca pudo comunicarse. El había, sun duda, apagado su teléfono.

ENCANTADOR DE ALMASWhere stories live. Discover now