- Casi la riegas Danvers - se regañaba para si misma.
La chica de Kryptón había soltado accidentalmente decir el nombre del Dios de su planeta natal.
Ni las diversas amenazas a las que se expone con o sin su traje bicolor puesto, se podían siquiera hacer comparación con una situación que rara vez no podía controlar.
El sólo hacer mención a algo de Kryptón ante una persona curiosa y conocedora del tema no sólo era un problema, lo cierto es que tratándose de la magnate de los medios y de la que no es quién confiarse para guardarse los últimos chismes.
Aunque la rubia haya aprendido a tomar calma cuando se trata de los asuntos de la chica de acero, una palabrita o un gesto podía enviarle un mensaje que despertara su interés.
- Señora Grant. - dijo como enmendando su "metida de pata" - ¿no cree que es mejor quedarnos y esperar la transmisión de la conferencia de prensa?
Pero Cat la ignoró, siguió su camino hacia su ascensor privado mientras que Kara debía abordar el de los empleados, más porque le quedaba cerca el área del estacionamiento vehicular del edificio y mientras Cat atendía llamadas en su smartphone, Kara debía llegar primero con el automóvil y revisar que todo estuviera en orden.
Tareas sencillas, pero debían ser meticulosas al realizarse, y con la ventaja de una visión rayos X que podía dejarse entrever que el vehículo tendría bien equipado el compartimento de la gasolina y los seguros correspondientes.
Apenas Cat llegó, algo dentro de Kara emanaba como si se tratara de un gran peligro sobre ella.
Pero no era otra cosa más que los nervios.
Es decir, a sabiendas de todos los sucesos en los que su primo y su célebre archivillano Lex Luthor estuvieron involucrados, Winn si tenía razón para cuestionar el porqué los Luthor se instalarían en la misma ciudad en la que habita Supergirl.
Nerviosa, Kara subía al automóvil de Cat en camino al evento con la cabeza hecha vueltas y no era para menos.
Hasta la fecha, desde que comenzó a tomar responsabilidad como Supergirl y exponiéndose como la prima del Hombre de Acero, nunca es tarde para que alguien del clan tomara represalias sobre ella, haciendo de su labor, otra continuación del conflicto Súper-Luthor.
Ya sentada en el automóvil, la Kryptoniana sentía ansiedad muy a pesar del aire acondicionado y el que Cat le compartiera un paquetín de dulces que estaba degustando.
Y es que ser Supergirl y tener la habilidad de volar lo suficientemente rápido como para romper la barrera del sonido y superar marca tras marca, lo cierto es que odiaba estar atrapada dentro de ese reducido espacio y soportar el bullicio del tráfico y sumando que tenía abierto su súper audición en caso de recibir una llamada de su hermana Alexandra en caso de alerta de emergencias que requieran su heroica ayuda, pero no, la situación en las calles era la misma diaria de siempre, tráficos paralizados y el hastío de las personas que aguardan avanzar.
- Oh, por favor Kerah, ¡controlate!
- ¿El qué señorita Grant? - expresó, al sacarla de su atención pendiente al radio patrulla de la policía que circulaba por esa zona.
Con la súper audición, nada se le escapaba a la chica de Kryptón.
- Hoy estás mucho más inquieta que en otras ocasiones. Es notorio que éste evento te causa ansiedad.
- Más bien curiosidad, y además de eso, perdone si estoy un tanto ansiosa, es solo que me desespera mucho estar dentro de ésta situación. En verdad, odio cuando se paraliza el tráfico.
- ¿Me quieres decir, que padeces de claustrofobia?
- Emm, no, yo...
