5. Siempre diva, nunca indiva

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Justin

—¡Entonces yo le dije "yo o ella" y el muy bastardo vino y dijo "ella y yo"! ¿¡Puedes creerlo, Blake?! ¡Es un insensible! —exclamé, acostado en la cama de mi primo, desahogándome con el único que no me defraudado hoy.

—Es un estúpido —vociferó sin mirarme, tirando prendas hacia mí sin darse cuenta.

—¡Lo sé! No me hubiera puesto así si fuera otra chica, ¡pero era ella! ¡La torpe chica que se cree que puede venir e ignorarme! Desde hoy no pienso confiar en nadie más.

Miré a Blake, quien estaba muy ocupado viéndose en el espejo como para prestarme atención, bufé. Me pregunto si así se sentía Zach cuando me hablaba y yo no le prestaba atención.

—¿A dónde dices que vamos? —pregunté aburrido, apartando cualquier pensamiento sobre Zach.

El chico que se supone que es mi primo sale de su ensoñación consigo mismo y me mira con una sonrisa, feliz.

—A la casa de enfrente, ellos son geniales. Te agradaran, sólo... no te comportes como una perra.

—Yo le agrado a todo el mundo Blake, perra o no —dije como una completa diva hecha y derecha, porque ya saben. Diva se nace, no se hace.

—Bueno... dudo que le agrades a Heather —comentó con una mueca, alcé las cejas.

—¿Y esa quién es? —pregunté, interesado.

—Tu peor pesadilla —respondió haciendo una voz rara para luego reír. Blanqueé mis ojos ante lo infantil que era mi primo, y eso que estaba en la universidad. Salimos de su habitación y luego de su casa.

La casa de enfrente era de dos pisos, muy linda y hogareña. Lo contrario a lo que es mi casa.

Blake caminó alegremente hacia la puerta y tocó el timbre, tres segundos después un niño de unos 11 u 12 haces abrió la puerta y se lanzó a los brazos de Blake como si este fuera su padre.

—¡Blake! —exclamó el niño.

—¡Ken! —¿Cómo el de Barbie? :0

Ellos se abrazaban como si no se hubiesen visto en años, quise llorar porque siempre añoré un hermano. Ser hijo único no es algo bonito para mí.

—Oh, Blake. Ya llegaste —una señora que probablemente tiene la edad de mi madre apareció en la puerta. Les sonrió con dulzura y Ken bajó de los brazos de Blake para ponerse al lado de su madre.

—¿Y Heather? —preguntó mi primo confundido al no verla con su familia. Ken rió, luego los cuatro nos adentramos completamente a la casa.

—No sé qué le pasa, dije que ibas a traer a tu primo contigo y casi se ahoga —vociferó la señora exasperada, Ken rió más fuerte—. Creo que te conoce y no le agradas mucho —me dijo con una mirada de culpa, le sonreí restándole importancia. Yo no conocía a ninguna Heather.

—Nooooo —Ken alargó la vocal con sarcasmo—. Sí se puso a gritar de la emoción porque Justin Miller viene a cenar con nosotros.

—¿La conoces? —me preguntó Blake confundido. Yo negué.

—¡Heather! ¡Cariño! ¡Baja! —gritó la Gfa a las escaleras.

—¡No quiero! —esa voz... ¿Dónde la he escuchado antes?

—¡Deja de ser inmadura y baja! —gritó Blake cerca de mi oído, lo miré mal, ¡me gritó!

Escuché unos pasos en las escaleras, pasos vacilantes y lentos. Poco después de un minuto, la persona que menos quería ver en este momento se hizo presente en la sala, donde estábamos todos.

—¿Qué haces aquí? —pregunté, mascullando.

—Vivo aquí, estúpido —respondió ella, matándome con su mirada.

—¿De dónde se conocen? —preguntó la madre de ese demonio.

—La escuela —respondimos al unísono, gruñí.

—¿Por qué se odian? —preguntó Blake, pasando su mirada de Heather a mí.

—¿Qué cenaremos hoy? —toda la atención pasó a Ken, quien nos miraba aburrido— Digo, ¿Por qué se odian?

La Chica de los Libros.Where stories live. Discover now