Capítulo 5

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Rapunzel, tardo varios días para establecerse del impacto y volver le hablar a su padre cuando se cruzaban por la casa a pesar de que ella evitaba su presencia. Su padre estaba seguro de que tarde o temprano las cosas volverían hacer como antes, pero deseaba que fuera lo más pronto posible porque cada vez que pillaba en la mirada de su hija algo muy parecido al odio, se lamentaba por dentro de su corazón. Se lamentaba por haberla llevado a ese lugar, por haber escuchado pésimos consejos financieros y se lamentaba, también, ser tan orgulloso de no pedir ayuda que necesitaba.
De haberlo hecho nadie se la hubiera negado, por el afecto que él y su hija despertaban, pero pasar por la humillación de recurrir a otros era algo que toda la vida había evitado. Que Rapunzel lo odiara era un precio que estaba dispuesto a pagar.
Una vez que parecía haber secado todas sus lágrimas y convivido con una rabia que le dificultaba el simple hecho de respirar Rapunzel, comenzó a darse cuenta de que con rabietas no llegaría a ningún lado. Ya tenia un problema y mientras más rápido intentara solucionarlo sería lo mejor. Lo primero fue informarse de que tan grave era el problema de su padre, porque el negocio ya no daba para más. Consulto para eso con el contador de la empresa y solo confirmó la sospecha de que las deudas sobre el negocio sobrepasaba a los ingresos y que solo una cantidad de dinero considerable podría sacarlo del hoyo y hasta con la adecuada asesoría, hacerlo resurgir, pero su padre ya había recurrido a varios bancos y muchos se habían negado. Rapunzel dio por descartada la posibilidad de que su padre pidiera dinero a alguien más. Conocía los limites de su orgullo y nunca aceptaría un centavo de alguien más, pero aun así haciendo una tregua con él, una noche mientras cenaba le planteó la posibilidad de pedir dinero precisamente a la última persona que él hubiera recurrido; su ex esposa, la madre de Rapunzel. Dando con el puño en la mesa, su padre dejó muy en claro que nunca lo haría y que de una vez fuera aceptando la idea de irse de ese pueblo y dejar todo lo que ahí conocía. Rapunzel, luego de que su padre dejara la mesa apartó el plato y volvió a llorar a pesar de que estaba segura de que ya no le quedaban más lagrimas.                  

Quédate Conmigo Eugenzel (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora