Razón #2

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Un día lloraba, nadie nunca me ha visto llorar.

Pero Inuyasha, ¿sabías que tu sonrisa podría curar cualquier dolor que tenga mi alma? Me regalaste una sonrisa, una bastó para que mis lágrimas desaparecieran y una sonrisa iluminara mi rostro.

Mi segunda razón es que me hiciste sonreír, lo hiciste a pesar de tener el corazón roto.

Inuyasha miró la carta y la leyó una vez más. Nadie podría juzgarle, alguien lo veía de una manera tan bonita que sentía ganas de conocerla. Él necesitaba encontrar a la persona que lo amaba con tantos sentimientos. Necesitaba saber quien era. 

365 razones para amarteWhere stories live. Discover now