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En Nueva York, Black llegaba al club nocturno en donde conoció a Jimin, y al entrar en dicho lugar, las luces de neón rápidamente molestaron su vista mientras caminaba por el extenso pasillo que le conducía a la pista en donde muchas personas bailaban al ritmo de la música.

Sus oscuros ojos viajaron por todos lados y pronto su vista quedó fija en el mismo lugar en donde lo vió por primera vez con aquel atuendo denigrante sosteniendo una charola. Aún recordaba perfectamente su expresión de tristeza y el brillo apagado de sus preciosos ojos azules. Su corazón se oprimio en su pecho al solamente imaginar lo terrible que debió ser su vida en ese hoyo.

—Señor Black — uno de los hombres que iba detrás suyo se acercó hasta poder susurrarle al oído— Están cubriendo las salidas.

El enmascarado paseó discretamente su vista por el lugar y se dió cuenta de que efectivamente había hombres colocándose en todas las puertas y pasillos por donde pudieran escapar.

—Quédense aquí, yo iré a buscar a Wells.

El hombre de traje negro asintió e hizo señas a los demás para que se quedarán en su sitio, mientras Black subía las escaleras que le llevaron hasta lo más alto de aquel club, terminando en un pasillo que al fondo tenía una puerta dorada.

Sin prisa comenzó a caminar con pasos firmes, tarareando una canción y pasando las yemas de los dedos sobre las paredes blancas que lo rodeaban. Finalmente se detuvo frente a la puerta y chasqueando la lengua la empujó sin mucho esfuerzo encontrándose con un silencio abismal y una oficina totalmente vacía.

Con una ceja arqueada y los labios fruncidos, se andentró y rodeó el escritorio encontrando finalmente lo que estaba buscando.

—¿Qué hiciste Duncan?— murmuró negando con la cabeza al mismo tiempo en que se ponía de cuclillas frente al hombre que yacía muerto en el suelo desde quién sabe cuantas horas— Te fuiste del lado equivocado.

Ignorando el cuerpo inerte del dueño del club, se dejó caer en la silla de cuero y quitándole las llaves que llevaba colgando en el cuello comenzó a abrir las puertas y cajones del escritorio en busca de algo interesante o que le fuera útil, aunque lamentablemente para él, no encontró nada que no supiera ya, a excepción de algunas claves y cuentas bancarias.

—Fue mejor que te mataran otros... Si hubiera sido yo... Habrías sufrido una muerte muy lenta y dolorosa— golpeó sus muslos al ponerse de pie y caminó en dirección a la caja fuerte que Wells ocultaba bajo una pintura en la pared— Ay Duncan, ésto es muy predecible ¿A caso no te enseñé nada?

Comenzó a teclear un código que encontró en una de las libretas y finalmente la puerta metálica se abrió dándole paso a una buena cantidad de dinero y algunas armas. Tomó una maleta que contenía documentos para vaciarla y colocar todo dentro. Y antes de salir volvió a mirar al hombre.

—Algún día te veré en el infierno, imbécil.

Salió de la oficina cerrando la puerta detrás de si con un sonoro golpe, y al bajar las escaleras lo primero que sucedió fue que por poco cae al esquivar una bala.

La gente comenzó a gritar cuando los hombres de ambos lados iniciaron una lluvia de disparos que destruyó vidrios y también parte del mobiliario. El caos había empezado.

—¡Que no se escapen!— gritó un tipo de traje verde señalando a los hombres de Black.

La gente comenzó a correr despavorida hacia las salidas y los empleados del club simplemente se resguardaron en donde pudieron.

El estruendo de los disparos resonaba fuertemente quebrando las botellas de licor que yacían en repisas. Espejos fueron rotos y pronto los quejidos de hombres heridos comenzaron a unirse a aquel alboroto. Jungkook sacó su arma y comenzó a disparar hacia todas partes al mismo tiempo en que caminaba con pasos rápidos hasta el otro lado del club para poder resguardarse detrás de una pared.

🂡♕Sᴇɴ̃ᴏʀ Black♛🂱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora