14. Cruel realidad

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Doña Carla corrió asustada a buscar un lápiz y papel, me lo entregó y fue a buscar un vaso de agua para intentar calmarme.

-Mi amor, ¿qué pasó? -me preguntó notablemente preocupada.

Con mano temblorosa escribí en la hoja, estaba completamente nervioso y alterado, ya que sabía que me había metido en un problema del que no saldría fácilmente. Le escribí cómo había conocido a Clara, cómo nos habíamos hecho novios y que mamá y papá la descubrieron en casa. Doña Carla me abrazó con fuerza y trató de calmarme, aunque no lo logró del todo. Mi corazón latía con muchísima fuerza, mi respiración era acelerada, mis manos y mis labios no dejaban de temblar.

-Tranquilo mi bebé, yo me voy a ocupar de hablar con tus papás sobre esto y les voy a explicar lo que pasó, pero tratá de calmarte, que todo va a mejorar.

En ese mismo instante golpearon de forma insistente la puerta, supe por intuición que eran mis padres, cosa que me puso más nervioso aún. Doña Carla salió a enfrentarlos, yo sólo me quedé escuchando desde detrás de la puerta.

-¡Déjenlo tranquilo pobrecito! -dijo doña Carla. -él siempre se siente solo, era de esperarse que algún día intente hacer amistades.

-¡Pero tendría que habernos avisado antes de meter una piba en casa! -dijo mamá

-Como si fuera tan fácil, bien que ustedes le pusieron la regla de que no sea sociable con nadie ajeno al edificio...

Hicieron una breve pausa, escuché a doña Carla suspirar y continuó con lo que estaba diciendo.

-Creo que no fue buena idea que lo hayan adoptado, sabía que tal vez ustedes no iban a poder darle lo que necesita realmente, pero creo que esto fue lo mejor para él...

Sentí mi corazón hecho polvo, las lágrimas que tanto me costó frenar volvieron a surgir, esta vez mezcladas de sentimientos de odio con tristeza. Me abracé a mí mismo en un intento de calmarme, realmente no podía creer lo que había escuchado recién. El saber eso no sólo me trae dolor, sino también muchísimas preguntas, que tal vez sea muy difícil responder.

¿Por qué no me lo dijeron antes? ¿Qué impulsó a esa pareja a adoptarme? ¿Cómo sabe doña Carla todo esto?

Pero por sobre todo, ¿quiénes son mis verdaderos padres?

Continuaron discutiendo un largo rato más, hasta que doña Carla entró de nuevo, no quería mirarla pero debía hacerlo.

-Ya podés volver con tus papás, prometieron que no se van a enojar y que van a dejar que les expliques todo.

Ya no podré mirarlos con los mismos ojos, mucho menos volver a llamarlos "mis papás".

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"Pero Ezyune! Eso del cliché de que el chico es adoptado está más quemado que el arroz pegado que se te pasó el otro día!"

Relax, que remontaré bien este barrilete, haré que no sea un cliché tan típico. Prometo no defraudarlos.

Ezyune ♥


Entre silencios y aromasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora