Chapter 14.

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Los personajes que aparecen en esta obra son propiedad de Kohei Horikoshi.
Si es que encuentran algún error háganmelo saber, por favor.

Gracias por leer~

¿Alguien quiere una dedicación?.

El rubio se encontraba completamente inconsciente, recostado en el frío y duro suelo, no quiere seguir siendo el antagonista de su propia vida.

Para su buena o mala suerte Kirishima se dirigía a verlo, sabía que la noticia de que tanto su hijo como Izuku se encuentran bien le alegraría.

Kirishima jamás lo ha visto sonreír, Bakugou nunca ha mostrado una sonrisa pura y verdadera, pero probablemente con la noticia lo haga.

Cuando finalmente llegó, tocó la puerta en repetidas ocasiones, pero no obtenía respuesta.

—Qué raro...—Se supone que Bakugou debería estar ahí, o al menos debió hablarle por teléfono e infórmale su ubicación, después de todo, quería saber sobre Midoriya—¡Claro!—Exclamó

Lo había olvidado, con los problemas de Katsuki, siempre lo visita constantemente, así que Katsuki le había entregado una copia de la llave para que pudiera entrar sin la necesidad de tocar.

Introdujo la llave y pronto cruzó la puerta, el silencio era lo único que reinaba en esa casa.

Extrañado, subió lentamente las escaleras sin dejar de pronunciar el nombre de su amigo.

Se dio cuenta que la puerta de su habitación se encontraba medio abierta, así que decidió empezar su búsqueda por ahí, la escena que vio lo dejó completamente helado.

Sabía que Bakugou no se encontraba muy bien de su salud mental, pero jamás creyó que cometiera tal locura.

Lo llamó repetidas veces , pero le fue en vano, el rubio no despertaba.

Rápidamente sacó su celular y llamó una ambulancia, afortunadamente no tardó en llegar y pronto trasladaron a Katsuki al hospital.

Lo único que Kirishima podía hacer en estos momentos era esperar a que el doctor le diera noticias de él.

Después de unas horas de espera, finalmente el doctor apareció.

—¿Usted es quien acompaña al joven Bakugou?—Le preguntó el médico

—Sí, soy Kirishima Eijirou. ¿Está bien?

—Sí, se encuentra estable. Pudimos realizarle el lavado de estómago a tiempo, ¿quisiera verlo?

—Por supuesto...

El doctor guió a Kirishima hasta una habitación bastante alejada de la sala de espera. Abrió la puerta y le concedió el pase para después retirarse.

Bakugou notó la presencia de Kirishima y no tardó en hablar.

—¿Por qué llamaste a la ambulancia?...

Kirishima se limitó a dejar escapar un gran suspiro, se le acercó lentamente, lo miró fijamente a los ojos y le proporcionó un golpe en su cabeza.

—¡¿Cuántas neuronas tienes?! ¡¿Ninguna?! ¡¿Cómo se te ocurrió hacer eso?!

—¡Déjame en paz!. Ya no quiero ser una amenaza para nadie...

—Bakugou, no eres una amenaza para nadie. Con lo que acabas de hacer, está claro que estás enfermo, aunque no necesariamente tenga que referirme a lo físico

—Kirishima, ¿por qué no me has abandonado?

—¿Cómo?, no entiendo a lo que te refieres

—Todos en algún punto de mi vida han terminado por alejarse de mí, pero tú aún sigues aquí, a mi lado, ¿por qué?

—Porque somos amigos, y los amigos siempre se apoyan, además, sería un pésimo amigo si te abandono en esta etapa de tu vida, ¿no crees?

—Gracias...

Eso definitivamente sorprendió al pelirrojo, jamás lo había escuchado pronunciar esa palabra.

—Por cierto, sé algo que te animará, Midoriya y tu hijo están completamente fuera de peligro

—¿De verdad?—Preguntó mostrándose emocionado

—Sí, además, a Midoriya le agradó mucho el detalle de las rosas

—Cada semana le compraba un ramo, nunca lo olvidaba, y no lo he olvidado, pero de alguna forma lo vi Innecesario y terminé por creer que no necesitaba seguir conquistándolo, de cualquier manera se quedaría conmigo, pero me equivoqué

—Lo importante es que estás empezando a aceptar tus errores, ese es le principal paso para curarte. Es como si tú ves a una persona que se encuentra completamente enferma, todos lo saben, pero la persona no desea verlo y decide ignorarlo, y aunque termines llevándola al doctor, esa persona se negará a seguir las instrucciones por el simple hecho de que para esa persona, su salud está bien. Entiendes de lo que hablo, ¿verdad?

—Sí, muchas gracias, Kiri...

—Cuando quieras, bro

Kirishima pasó la mayor parte del tiempo con Bakugou, y de alguna forma terminó animándolo y subiendo su ánimo.

El horario de vista había terminado y tendría que irse.

La noche fue muy difícil para Bakugou, no lograba conciliar el sueño de ninguna manera, además, no quería seguir encerrado en esa habitación.

Se levantó de la cama y comenzó a caminar por algunos pasillos del hospital que se encontraban bastante tranquilos, el único sonido que se escuchaba era el de sus zapatos y las ruedas del porta suero.

Justamente decidió detenerse en una gran ventana para admirar la luz de la luna. Cuando se decidió a girar su cabeza hacia el otro lado, no pudo evitar sorprenderse.

Izuku se encontraba a sólo unos centímetros de él y no le despegaba la mirada.

Ambos, no podían dejar de mirarse, sentirse sorprendidos y pensar cosas del otro.

"El rostro de Deku, se ve hermoso en la luz de la luna, pero, ¿qué hace aquí?".

"Kacchan, tus ojos siguen siendo igual de penetrantes, pero, ¿qué haces aquí?".

"¿Por qué me siento débil junto a ti?".

"Nunca lo noté, pero eres más fuerte que yo".

Broken; [ᴵᶻᵁᴷᵁ ᴹᴵᴰᴼᴿᴵᵞᴬ]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt