Locura

4K 341 36
                                    

~¡Hola!

Les agradezco muchos sus votos y comentarios :D

Espero les guste

Enjoy!~

Near no supo qué pensar.

Aquella simple frase podía encerrar millones de interpretaciones. Desde una ira incontenible hasta un afecto igual de desproporcionado, ¿a cuál de ellas se refería Mello?

—Puedes calmarte, Near, prometo que te trataré bien —dijo con una sonrisa altanera.

Cuando lo soltó, Mello sacó de su bolsillo una navaja que lucía tan afilada como era posible y le jaló por la cuerda de los pies. El albino no pudo evitar estremecerse en un reflejo natural de temor que solamente lo hizo reír. En lugar de enterrar la navaja en su piel sin embargo, Mello cortó la cuerda que ya había empezado a enterrarse en sus tobillos y dejó que sus pies cayeran de golpe.

—Sigue sorprendiéndome lo débil que eres —Mello dijo mientras lo jalaba, tomándolo de la cintura para levantarlo.

Near sintió que la cara se le ponía roja de ser jalado como si no fuera más que un muñeco de trapo por lo que se removió levemente en su agarre, esperando que entendiera pero no logrando nada realmente. Mello se sacó de la bolsa la tela que le había quitado de sus ojos y pese a sus protestas ahogadas y el cómo sacudía la cabeza, le volvió a cubrir los ojos, sumiéndolo en aquella oscuridad nuevamente.

—Esto es bastante entretenido —dijo, asegurándose de que no pudiera ver para volver a tomarlo de la cintura y empezar a caminar.

Near normalmente dependía de otras personas dado su nulo deseo de investigar directamente, pero esto era completamente diferente. Aquí no tenía voz, literalmente, no podía ver y ni siquiera podía andar con libertad, estaba a completa merced de Mello y lo que quisiera hacer con él. Podía hacer cualquier locura que le pasara por la cabeza y Near no podría decir o hacer nada. Por primera vez en mucho tiempo tenía miedo, miedo propio de alguien en su situación. Después de un momento, Mello volvió a jalarlo cerca de él y escuchó una puerta abrirse.

—Si caminas, me harías un gran favor, no tengo ganas de estar jalándote —dijo, obligándolo a dar pequeños pasos a pesar de su clara inseguridad.

Tras un par de segundos más, finalmente se detuvieron y Near pudo escuchar la puerta cerrarse seguido de un clic que le hizo ver una luz tenue a través de la tela que le cubría los ojos. Near no se atrevió a mover, sin embargo, con miedo de tropezar o golpear algo.

Mello mientras tanto, sonrió con complacencia. La vista frente a él le encantaba. Aquel niño que siempre permanecía inmutable, que siempre andaba y hablaba con ese toque de superioridad que lo mantenía por encima de Mello estaba ahí, de pie frente él con un ligero pero perceptible temblor en las piernas. No podía hablar, no podía ver, no podía defenderse, Mello finalmente estaba delante de él, por fin estaba viviendo ese sueño que lo había atormentado toda su vida.

Aun con su reticencia, sus ojos no tardaron en notar algo.

—Estás en los huesos, idiota —dijo, picándole las costillas y haciéndole soltar un quejido de dolor por lo inesperado seguramente—. Seguro ya te enfermaste gracias a tu ridículo estilo de vida sedentario.

Con un chasquido de la lengua, sacó un pequeño juego de llaves que usó para soltar las esposas de sus muñecas. Near se mantuvo quieto mientras le quitaba la tela que le cubría los ojos y finalmente la que le había amarrado en la boca, dejándolo escupir la más pequeña.

—Un completo idiota —murmuró al ver como esos grandes y extraños ojos grises se posaban fijamente en él—. ¿Haces que te carguen o por lo menos caminas tú?

Sentimientos opuestos [Mello x Near]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ