Sentimientos opuestos [Mello x Near]

Un mundo de sensaciones.

~Mis adorados lector@s, aquí llego con el siguiente capítulo de este fic. Les agradezco, por milésima vez, su apoyo ^^

Es un capítulo que estoy segura, les gustará.

Enjoy!~

—Entiendo —Hana dijo, inclinando la cabeza al escucharlo—. Es un chico curioso.

—Lo es, demasiado. —Mello se apartó el cabello de la cara con una mano mientras seguía caminando.

El camino cayó en un silencio, bastante incómodo debía decir, en donde lo único audible era el golpe de los zapatos contra el pavimento y la respiración de ambos. Mello seguía pensando en las cosas que había dicho y pensado cuando estaba con Near, preguntándose el qué pensaría el propio chico en ese mismo instante. ¿Lo tomaría como un loco? ¿Le diría de nuevo que sus emociones lo llevarían a algo malo?

Realmente no quería ni saberlo.

—Mello, ¿te has vuelto a meter en problemas? —el hombre de la tienda preguntó al momento en que entraron.

— ¿Qué? —soltó mientras tomaba algunas cosas de los estantes—. Yo no me he metido en ningún problema.

—Dicen las malas lenguas que te peleaste con el primo de Whitaker —el hombre continuó mientras miraba a Mello quien no le prestaba demasiada atención.

—No me he peleado con nadie, a lo mucho evité que un cabrón violara a alguien y ya —contestó, dejando las cosas que había tomado en el mostrador.

—Pues resulta que ese cabrón era su primo y le ha ido a contar las cosas, tú sabes cómo es así que ándate con cuidado. —Lo miró seriamente mientras guardaba cada cosa en la bolsa.

—Lo que sea, no les tengo miedo. —Se alzó de hombros mientras le pasaba el dinero y tomaba la bolsa.

—Tú sabes cómo son, no van por quien les hizo algo directamente, si no por quien tienen cerca.

Ante eso, Mello sintió un ligero apretón en el estómago pero optó por no darle importancia, mientras más vueltas le diera al asunto, más llegaba a su mente Near y el peligro que podría correr al ser el más cercano a él. Sin decir nada más, se despidió del hombre con un gesto de la mano y tomó la bolsa, saliendo de la tienda con la chica a su lado.

—Adiós —dijo después de caminar el tramo de vuelta y se detuvieron cerca de la casa de ella.

—Hasta luego, Mello —contestó y aunque dudó por un momento, finalmente pudo agregarcon tono temeroso—: ¡Cuídense, por favor!

Mello, sin embargo, le restó importancia y siguió su camino. Aun con ello, cuando llegó hasta la puerta, miró al rededor y se aseguró de no ver a nadie antes de entrar.

«Deja de pensar en eso» se regañó, pero aun así puso todos los seguros y tiró de la puerta para ver que estuviera cerrada.

—¿Qué has estado todo este tiempo, pelusa? —preguntó en cuanto entro a la habitación, encontrando a Near sentado en la cama, mirando hacia la ventana.

—Nada, ¿tengo posibilidad de hacer algo? —Near respondió con simpleza, levantando las manos que seguían atadas para enfatizar su punto.

—No seas idiota —le contestó de mala gana mientras dejaba la bolsa en la mesa—. Si fueras más hábil, ya podrías haberte soltado, lo hiciste anoche y las tenías en la espalda.

—La diferencia es que no lo he intentado, no he querido —dijo, moviéndose hasta la esquina de la cama para apegar las piernas más a si mismo, tenía frío.