Preguntas y opuestos

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~Primero que nada, les pido perdón por la tardanza, como mencioné en mi historia anterior, estoy bastante enferma y las ideas no me fluyen con tanto tosido y dolor...

Les agradezco su apoyo y espero les guste ^^

Enjoy!~

Cuando Near abrió los ojos, lo que sintió fue un ardor bastante molesto que parecía como si el aire los había secado.

Al final, sin embargo, esa sensación fue la menor de los problemas. Mirar al rededor le hizo darse cuenta que estaba de vuelta en aquella habitación, en la cama y tras un vistazo arriba pudo encontrar la razón del por qué no podía bajar los brazos. La sennsación tirante en los labios le hizo fruncir el ceño, pero no importaba cuanto intentara jalar sus manos para quitarla, terminaba cayendo a la cama otra vez.

No le ayudaba que se sintiera tan débil y cansado, como si se la hubiera pasado corriendo por horas. Sentía los brazos pesados, las piernas adormecidas y había un dolor punzante que hacía que la cabeza le diera vueltas y que la respiración le saliera entre cortada. Empezaba a recordar lo que había pasado antes de caer inconsciente y aquello, eventualmente, terminó en lo que le había dicho a Mello y lo que él le había dicho.

«Todos tenemos sentimientos...» pensó. «¿También podría actuar como él si las siguiera?»

El tema era confuso por si solo, pero Near no pudo seguir pensando en eso cuando sintió un escalofrío que le recorrió el cuerpo y cuando se dio cuenta, sintió que la cara se le ponía roja.

¿Por qué no tenía pantalones?

¿Por qué no tenía la misma ropa que antes?

Tenía que torcer el cuerpo en una posición incómoda que le hizo soltar un quejido ahogado, pero eso le permitió sentarse en la cama para mirarse el cuerpo y lo que traía cuerpo.

«E-Esta no es mi ropa interior...» ¿Qué había hecho Mello? ¿Por qué no tenía la misma ropa?

Con todo eso era muy fácil divagar a una situación fatalista que asustaría a cualquiera, pero prefirió obligarse a razonar y encontrar una explicación más lógica y razonable. Eventualmente se dio cuenta de algo y eso hizo que una sensación cálida le bajara por el cuerpo.

«Mello me... bañó...» pensó. «Cuidó de mí»

Esas dos palabras no habían sido puestas juntas cuando se trataba de él desde hacía mucho tiempo. La última persona en haber cuidado de él había sido Watari, cuando llegó siendo un niño de tres años a Wammy's pero de ahí, nadie lo había hecho, solo era una cuestión de encargarse de él. En teoría, las dos palabras eran similares, pero la verdad eran muy diferentes. Para él, cuidar significaba hacerlo por cariño o de buena voluntad, encargarse era un compromiso o algo que se debía de hacer.

«¿No había dicho que me odiaba?» Se preguntó, recordando aquellas dos palabras que Mello le había dicho en un inicio y el extraño dolor que le había causado escucharlas.

Dejando esos sentimentalismos de lado, sus acciones no tenían explicación ni lógica alguna. Cuando odias a alguien, sólo quieres que sufra, que desaparezca o le sucedan cosas que le duelan y lastimen, no cuidas de él, no lo bañas, no lo cambias de ropa...

Levantó la cabeza cuando escuchó el ruido de la puerta abriéndose y vio a Mello entrar con una bolsa en la mano y una caja de pastillas en la otra.

—Despertaste, me ahorraste la molestia de hacerlo —dijo, dejando la caja en la pequeña mesa mientras Near se dejaba caer en la cama otra vez—. Supongo que has de sentirte mal.

Sentimientos opuestos [Mello x Near]Where stories live. Discover now