1

1.1K 84 5
                                    

   El frío invierno de Star City se había colado en el bunker donde Felicity Smoak y Oliver Queen se encontraban abrazados, calentándose el uno al otro con su piel desnuda y una manta sobre ellos. Minutos antes el frenesí del amor había estado presente en esas cuatro paredes, su amor había sido consolidado recientemente por lo que no desperdiciaban ni una oportunidad para explayarlo.

— Prométeme que no le dirás a nadie que tuvimos sexo en el Bunker, Diggle no nos verá de la misma forma — comenta ella con una risita, mientras acariciaba cariñosamente el pecho del castaño

— ¿Estás segura?, Él siempre fue el primero en querer que estuvieramos juntos. Se estaba buscando algo como esto— revela compartiendo una sonrisa.

—Él vio algo que nosotros no vimos en un principio —señaló serenamente. — Te amo — besó los labios del castaño con cuidado, un simple roce que demuestra todo lo que alguna vez siente y sintió por él.

— También te amo, Felicity —agregó Oliver, que con su mano derecha acarició la mejilla de la chica.

  Un pitido interrumpió el momento, la computadora estaba sumida en un color rojo, mostrando peligro. Una masacre estaba sucediendo en la cuidad... Y Flecha Verde tendría que actuar.

—Es en los Glades. Diez encapuchados, armados y disparando a quien se interponga en su camino. —anunció la rubia envuelta en la manta, mientras su chico se limitó a ponerse su traje.

  Se apresuró a llegar al lugar, escuchando los disparos que provenían de todos lados, en los cuatro años que llevaba como vigilante, nunca había visto nada como esto. Matando sin razón aparente y de manera tan fría, sin importarles la inocencia en los ojos de esas personas. El castaño sintió la culpa carcomerlo, al recordar sus principios, donde no le importaba la esencia ni circunstancias de la persona, eso no le impedía clavarles una flecha, sea de advertencia o de muerte.

  El joven sintió el verdadero terror al ver en la vereda, una familia conformada por los dos adultos y un pequeño niño de aproximadamente ocho años, su vida había sido arrancada tan tempranamente y de una manera injusta, a veces la sociedad está tan cegada por la oscuridad que este tipo de cosas, ya se vuelven una costumbre.

  Sin importarle nada, se dirigió al origen de todo. Los sujetos estaban separados en pequeños grupos, se bajo de su motocicleta para acercarse al primer dúo, ambos desconocidos intentaron atacarlo, pero él fue más rápido... Les arrebato la vida con una fecha doble, dejándolos sin aliento como habían hecho con las tantas personas que allí se encontraban.

—¡Oliver! — exclamó la rubia por el intercomunicador mirando por las cámaras, haciendo que el castaño girará y se encontrara con uno más de los monstruos sin corazón.

  Esquivo con agilidad el puño de su atacante, quien intento sujetar su arma del estuche, pero el castaño fue más rápido y con una pequeña flecha incidiendo en su mano, le hizo cortar su acción. Eso conllevó a que Flecha le proporcionará dos fuertes golpes en su rostro, dejándolo completamente inconsciente. Eso trajo a otro de los sujetos, que con más ingenio pudo darle un golpe en su estómago, pero eso sólo hizo que Oliver se enojara mucho más.

  Sujetó fuertemente su arco, y realizó la misma hazaña del hombre, pudo proporcionar un golpe en el estómago del atacante y seguido de eso, un puñetazo en el rosto. Quedando inconciente.

  Cuando el último sujeto estaba entre sus manos, estaba sujetando su cuello, quería dejarlo con vida por unos momentos para formularle la siguiente pregunta.

— ¿Porqué? —salió de sus labios secos y mostrando una mirada autoritaria.

— Placer — contestó el hombre, que a pesar de la sangre que se encontraba en su rosto y el dolor de los golpes, no se limitó a sonreír.

  Así fue, como uno por uno fueron cayendo a manos de Flecha Verde, que con agilidad y perseverancia, acabo con el horror del lugar. Aunque no puede devolverle la vida a las casi veinte personas inocentes que se encontraban sin vida en el suelo, al menos pudo salvar al resto.

— ¿Estás bien? —formuló Felicity desde el bunker, con un tono de dolor ante los tales actos.

— Eso creo, pagaron sus crímenes — contestó, dirigiéndose hacia el callejón más cercano en donde había dejado su motocicleta.

Sombrío y sin vida se sentía ese pasillo oscuro. Un cuerpo sin vida de una mujer de aproximadamente treinta años, estaba recostado en el basurero, denotaba terror y paz la posición en que estaba. El joven la observo con dolor, su pelo castaño claro y piel blanca como la nieve. Examinó más allá de ella, cerca de una pequeña bolsa negra y entonces lo vio. La luz que brillaba entre tanta oscuridad...

¿Que les parece? ¿Promete un buen futuro esta historia? De ser así, dejen sus votos y comentarios. Lov

Pequeño ReclutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora