O2

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Unos piquetes en sus caderas hicieron que Jimin frunciera el ceño y se negara más a levantarse. Se revolvió en la cama buscando una posición más cómoda, sin embargo volvió a sentir los mismos dedos hundiéndose en su barriga, haciendo que se levantara de golpe. Con la vista nublada pudo divisar a una mujer cruzada de brazos.

Entonces fue cuando volvió a la realidad.

Mierda, había olvidado por completo que estaba ahí.

— ¿Primer día y ya holgazaneando?— Habló una voz femenina. Se trataba de Ha Neul. Jimin se sentó en la cama y se restregó los ojos, aclarando su vista. Sonrió inocentemente a la mujer que lo miraba con un gesto de desaprobación.— Vamos, tienes que levantarte.

— Lo siento, es sólo que esta cama es demasiado cómoda, nunca había dormido en algo así.

Ha Neul miró con lástima a Jimin, se acercó a él y le acarició la mejilla izquierda, enseñando una sonrisa. No se quería imaginar todo lo que pudo pasar ese pequeño toda su infancia. El Omega se levantó por completo de la cama y se estiró.

— ¿Qué hora es?— Preguntó seguido de un bostezo.

— Son las siete de la mañana, te dejé dormir una hora más, así que agradéceme.— Le guiñó un ojo. — Ahora sigueme — Dijo para luego desaparecer por la puerta. Jimin siguió a la Beta hasta la cocina, que por cierto no estaba muy lejos de su habitación y por ende se les hizo fácil llegar. — ¿Sabes cocinar, no?

— Si, tengo algo de experiencia.

— Bien, por allá están los platos de vidrio — Señaló la estantería que estaba arriba de la estufa. Jimin sólo respondía con un asentimiento de cabeza a todo lo que Ha Neul le indicaba.— Por ahí está el horno, algunos ingredientes están en el refrigerador y otros en las canastas de allá. Si necesitas más te los compraré, no te preocupes por eso.

El Omega estaba asustado, no podía negarlo. Todo era nuevo para él y la cocina era tan enorme que le aterraba. Habían muchos compartimientos más y cosas que no había visto. Sin embargo le prestaba atención a todo lo que decía Ha Neul, pues no quería hacer algo mal por miedo a que lo echaran.

— Gracias por ayudarme.

— Deberías agradecerle a Shi Yoon, no a mi, cariño.— sonrió — Date una ducha, Jimin. Yo tengo que lavar la ropa.— Dicho esto se retiró de la cocina. Jimin miró a todos lados y soltó un suspiro. Sería un día muy largo.

Maldijo internamente porque no le había preguntado a Ha Neul dónde mierda estaban los baños.

Volvió a su habitación y buscó su toalla dentro de su mochila. Se la colgó en el hombro derecho y nuevamente caminó a la cocina a pasos largos. Soltó un gruñido y se dignó a realizar la última opción que le quedaba:

Recorrer toda la casa en pijama hasta encontrar el jodido baño.

Y eso hizo, salió de la cocina mirando todo a su alrededor, esperando no encontrarse a Shi Yoon. Porque claro, primero que todo estaba en pijama, descalzo, con el cabello revuelto y una toalla colgando en su hombro. Probablemente si el Alfa lo viera en esas condiciones sólo pensaría que se está aprovechando de todos sus lujos descaradamente, y lo que menos quería Jimin era terminar en la calle, de nuevo.

Sentía un frío correr desde sus pies hasta la cabeza cada vez que pegaba sus pies al piso, pero no le importó.

De repente paró en seco. El lobo de Jimin se puso alerta cuando percibió un peculiar olor inundar sus fosas nasales en cuestión de segundos.

Era un Alfa, y precisamente no se trataba de Shi Yoon.

Sin embargo ya era demasiado tarde como para huir.

Home with You ➳ Kookmin [𝙤𝙢𝙚𝙜𝙖𝙫𝙚𝙧𝙨𝙚]Where stories live. Discover now