Nuestro mundo, uno solo | Jeon Jungkook [COMPLETA]

Capitulo 14

Se despertó temprano por la mañana, sonriendo al recordar lo sucedido la noche anterior. El cálido ambiente que se había formado con Hye, Yoon y Jimin le había hecho dormir completamente feliz, se sentía muy bien estar en ese ambiente, experimentar aquella bella sensación de seguridad, amor y familia.

Se sentó en su cama estirando su cuerpo, bostezó, yendo a buscar toallas y ropa para ir a prepararse para el instituto.

Aunque había algo raro; ayer se suponía que Jeon iba a acompañarlos, iba a ir a buscar a Hye e iría a comer con ellos, y por mucho que lo habían esperado, no llegó. Hye acabó yéndose sola en su corvett. Ella esperó a ver si su pareja llagaba por la noche, atrasado al menos, pero no llegó, ni mucho menos llamó para dar las buenas noches. Era extraño.

No le quería dar mucha importancia, no quería abrumar su cabeza con malos pensamientos.

Bajó a la cocina, sabiendo que, como día lunes, su hermano no iba a despertar temprano, entraba tarde. Preparó su desayuno sola, comiendo unas tostadas con mermelada y un té, viendo el canal de noticias en la televisión. La noticia del ultimo avance de la familia Jeon en tecnología era todo un éxito.

Al acabar de desayunar, lavó lo que ensució y fue a despedirse de sus mayores. No pudo evitar sonreír enternecida con lo que vio. Su hermano y su mayor estaban durmiendo abrazados, Yoongi abrazando a Jimin, este dejando su cabeza en el brazo que estaba estirado debajo de esta, con sus mejillas abultadas y sus labios abiertos, sus mejillas sonrojadas y sus ojos cerrados. Se veía tan tranquilo. Yoon, por otro lado, estaba con su barbilla sobre la cabeza de su omega, sus labios entreabiertos y suspirando levemente, su mano se dejaba ver en un bulto bajo las sabanas.

La menor estaba encantada de que, después de muchos años, ambos tuvieran el valor de decirse todo a la cara.

Se acercó al omega, besando su frente y acariciando con cariño sus cabellos. Rodeó la cama para poder ir con su hermano, besando su mejilla con cariño, escuchando de inmediato el gruñido de Jimin, rió. Hasta en sueños seguían marcándose.

Sus ojos bajaron a la gran herida en la espalda de su hermano, pasando la yema de sus dedos por encima de la herida, casi sin tocar, haciendo una mueca. Su hermano tenía la herida que su padre se había hecho en su primera pelea, pero tenía miedo. Miedo de la próxima herida que podría salir.

Con Hye había hablado de aquello anoche, ella le explicó que era bastante común que el alfa líder de una manada adquiriera todas las cicatrices de batalla que el alfa líder anterior había tenido. Había puesto el caso de su primo, quien había adquirido la herida en su brazo y, hace poco, una en su costilla, tres garras. Y Yoon había tomado la que su padre había obtenido en su primera batalla con n lobo a sus dieciocho años, pero en varias ocasiones, su padre había mencionado que, a sus veintiocho, había tenido una de las peleas más brutales, donde le habían hecho una de las heridas más graves de toda su vida. Una fina línea que cruzaba todo su ojo derecho. Había quedado ciego por al menos una semana de su ojo derecho, siempre contaba con orgullo como había degollado al lobo de color negro, solitario, que había amenazado con matar a su luna, y como a cambio de su muerte había tomado aquella herida.

Su madre siempre le regañaba.

Abandonó la habitación después de sonreírle y desearles un buen día a ambos, pese a que estos estaban durmiendo aún. El aroma dulce de la piña inundó su nariz cuando llegó al primer piso, sonriendo fue a recibir a su amigo.

-Buenos días.

-Buenos días, revoltosa –KyungSoo revolvió sus cabellos, sonriéndole- ¿Estás lista?

-Sí, voy a por mí mochila y nos vamos –el mayor asintió, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, esperando.

La menor entró a su casa, tomando su mochila, apagando la televisión y dejando la calefacción en un nivel moderado para que cuando sus mayores despertaran, el ambiente estuviera cálido.