talked

1.3K 134 20
                                    




Talked

3 de febrero

—Las estrellas se ven geniales hoy, ¿no? —dije, sin haber quitado los ojos de mi mejor amigo en la última media hora.

—Se nubló hace como quince minutos, Sammy.

Cerré los ojos, reprimiéndome mentalmente por ser una estúpida. Luego de unos segundos los volví a abrir.

— ¿Crees que va a llover?

Lo vi voltearse a mirar el cielo. Yo observé sus ojos totalmente negros en la oscuridad de la noche.

Negó con la cabeza.

—No lo creo.

Seguí con mis ojos sobre él. A pesar de estar rodeada de mantas, no toqué ninguna. Lo único que quería tener sobre mí era a Nico.

—Tengo frío —murmuré.

Frunció el ceño sin sacar la vista del cielo.

—Tápate —No me moví. Se giró hacia mí—. ¿Quieres que te ayude? —Nuevamente me quedé callada. Él me miró varios segundos, intentando descifrar lo que quería. Al ver que su investigación no daba resultados, abrí los brazos. Puso los ojos en blanco—. ¿Quieres que te abrace? No seas tonta, Sam. Vas a estar mejor con una manta.

Saqué mi labio inferior haciendo un puchero.

Porfis.

—No. Si tienes frío, tápate. Eso es lo mejor. De otra manera te vas a enfermar.

—Tú no sabes qué es lo mejor para mí.

Alzó una ceja.

—Lo mejor para ti tiende a ser todo lo que pone en riesgo mi relación con Will.

Me encogí de hombros.

—Parece ser que sí sabes.

Tomó mis brazos y tiró de mí hacia él. Me senté a horcajadas sobre su cintura, y Nico colocó una manta por mi espalda.

— ¿No crees que se te va a dificultar ver las estrellas si estás de espaldas a ellas?

—Está nublado.

Me mostró su sonrisa arrogante.

—No es como si las hubieras estado viendo antes de eso.

Entrecerré mis ojos y me acerqué más a él. Nico retrocedió todo lo que pudo. Teniendo una pared detrás, eso no fue mucho.

—Déjame —susurré cerca de sus labios.

Pero luego escondí mi cabeza en el hueco entre su cuello y su hombro y pasé mis brazos alrededor de mi mejor amigo.

Casi estaba dormida del todo cuando lo escuché tararear una canción. Me quedé sumamente quieta, y le presté toda la atención posible.

Su voz no era maravillosa, pero no desafinaba. Y estaba cantando en italiano. Con los ojos cerrados y mis manos detrás de su espalda, escuché a Nico varios minutos.

En cuanto se detuvo, me rodeó con los brazos y me colocó a su lado. Puso mantas alrededor de mi cuerpo, y luego se volvió a sentar en su posición anterior.

—Me gusta como cantas —dije, abriendo un ojo.

El chico se sobresaltó y lanzó una maldición.

—Sam, no me asustes así —Puso una mano sobre su pecho, que subía y bajaba rápidamente—. ¿Estabas despierta?

Me encogí de hombros.

—Estaba casi dormida, pero en cuanto empezaste a cantar me desvelé —Vi como mordía el interior de su mejilla, sin responder—. ¿Estabas cantando en italiano? —Asintió, incómodo—. ¿Desde hace cuánto cantas?

Miró nuevamente al cielo, evitándome.

—Will me enseñó un poco.

—Ah.

Paseé los ojos por la parte de nuestro escondite que se veía desde mi posición.

—Puedo enseñarte algún día.

Negué con la cabeza.

—A veces practico con Austin, o con Jake. Se les da muy bien.

—Ah.

— ¿Qué cantabas?

—Nada.

Detuve mis ojos en él por unos segundos. Se notaba que estaba incómodo, y yo no quería ponerlo en esa situación. Me senté despacio, para luego pararme.

—Me iré a dormir abajo, ¿sí? Buenas noches.

Caminé unos pasos lentos para ver si me contaba algo más.

—Es una canción que Bianca me cantaba.

Me detuve y me giré hacia él. Fui hasta allí, tomé los lados de su cabeza con las manos y deposité un beso en su cabello.

—Descansa.

—Tú igual.

No estaba en condiciones de viajar por las sombras, por lo que bajé por una escalera que tenía en la parte de atrás. Antes de llegar al suelo, Nico ya se había esfumado.

how we grew;; di angelo [ES]Where stories live. Discover now