III

77 14 1
                                    

"La belleza está en los ojos de quien la observa."

Aunque a cualquier mujer que lo viera podía volverse una gelatina con solo verlo y es que era hermoso.

El metro ochenta que me hacía subir la cabeza para verle esos ojazos grises, los brazos que me sostenían tan fuertes y musculosos, y el cuerpazo que se gastaba.

El se da cuenta que me quede en blanco al mirarlo y pasa una mano frente a mis ojos para sacarme de mi ensoñación.

-Eh...- balbuceó y me mira divertido- si, yo también estaba distraída, gracias por salvarme aunque tu me empujaste.- le digo cuando mi cerebro parece funcionar.

-De verdad estoy muy apenado contigo, me llamo Adam y tu...¿?

-Me llamo Emilia pero me dicen... Emilia- okey eso fue estúpido, Emilia siempre pasando pena.

El se ríe y si antes creía que era hermoso ahora siento que es un díos griego, que risa más espectacular.

-Un bello nombre para una bella dama- bah, eso si fue patético.

-Se lo dices a todas¿? Busca en internet labias más originales.- digo guiñandole un ojo.

-Oh vaya, te haces la dura me encanta.- nononono por favor no, se ríe al notar mis mejillas que deben estar rojas ya que las siento muy calientes.- ¿Estuvo mejor?

-Nah, creo que deberías hacer un curso para mejorarlo- digo sonriendo.

La verdad no me había dado cuenta que tenía todavía sus manos en mi pero paso en ese momento un taxi y reaccione sacandonos de nuestra ensoñación al pararlo.

-Bueno Adam/labias baratas, fue un gusto conocerte.-Sonríe

-Igualmente Emilia, un gusto chocarte y salvarte- me guiña el ojo.

Al fin quita sus brazos de mi, no me queje cuando me agarraba porque estaba muy cómoda, y me deja ir.

Llegué a Carter Enterprises, inc. La empresa donde trabajo, desde hace ya unos años, como Directora de Marketing.

-Hola Amanda- saludo a la amable recepcionista que se ha convertido en mi amiga de chismes.

-Hola Emma, ¿Sabes de que me enteré?- la miro con entusiasmo- Estefanía la novia de Julio me contó que leyó unos mensajes de el con Cristopher, al final el le terminó confesando que era gay y ella era la tapadera.

-No puede ser, amiga me cuentas más en la hora del almuerzo- le digo mirando la hora.

-Esta bien.

Al entrar en mi oficina que está en el piso 19, me siento y al instante mi secretaria toca la puerta.

-Buenos días señorita Emilia- mi secretaria era mayor que yo y aunque le dije que me llamara Emilia no me hace caso- hoy tiene una reunión con unos inversionistas, la próxima semana tendrá una junta con la empresa y los socios.

-Elena, necesito un chocolate caliente y algo para desayunar por favor.

Mientras ella sale de mi oficina, pienso en el, en ese ser tan hermoso.

Adam, cuando recuerdo su nombre, su rostro, su cuerpo me hace pensar en cómo es que pude encontrarlo, no digo que este enamorada porque no creo en el amor a primera vista. Pero fue tan bello que no se que pensar.

-Aqui está lo que me encargaste- dice Elena sacándome de mi ensoñación.

Durante todo el día no podía sacarlo de mi mente, es una locura que una persona que sólo he visto una vez pueda permanecer en mi mente tanto tiempo, no pude concentrarme en mi trabajo.

Ya exhausta de todo el día me dirijo a mi departamento para finalizar el día en mi cama.

Ha pasado una semana ya desde que lo ví, lo que sentía al principio se fue, me convencí que no lo iba a ver más, las posibilidades son de 1 en un 1000000.

He estado trabajando en implementar un plan de estrategias para tener más ventas en el mercado. Hoy tengo una junta, aunque no lo crean no conozco al presidente de esta empresa cada vez que tenemos una reunión el no puede estar por situaciones y sólo veo a su secretaria.

-Emilia ya la sala de reuniones está lista debes estar aquí antes que todos.- me dice Julia la secretaría del señor Carter.

-Voy en seguida Julia.

Cuando quedó sola en mi oficina me retoco el maquillaje y arreglo mi vestimenta.

En el camino de mi oficina a la sala de reuniones voy repasando lo que diré. Necesito que todo salga bien. Al estar ahí paso puesto por puesto dejando una carpeta para que vean los gráficos y entiendan lo que digo.

Empiezan a llegar las personas y así comienza la reunión.

-Perdon por llegar tarde- me interrumpe una voz que pensé que jamás volvería a escuchar.

Sin permitir distraerme o empezar a divagar pensando que podía estar haciendo Adam aquí, sigo explicando mi proyecto.

Al finalizar me siento orgullosa, la sala estalló en aplausos y las personas que allí estaban se acercaban a felicitarme.

-Srta Revees, muy buena su presentación, me gustaría quedar con usted para seguir conversando de otros planes- me dice un señor, lo reconozco como uno de los socios, apretando mi mano. Me siento muy incomoda.

-Hola Frank, disculpame pero necesito hablar con mi novia- Oh no, no puedo creer que hiciera eso. Me tiene agarrada por la cintura en un gesto muy íntimo que me agrada pero también me incomoda.

Quizás Ésto Sea Un ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora