VIII

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"La amistad, que en sí misma es un lazo sagrado, se hace más sagrada con la adversidad."

Pasaron ya tres días desde que la abuela murió. Hoy tengo que ir a trabajar, quiero seguir descansando pero bueno, el deber llama.

Al llegar a mi oficina, Elena, mi secretaria me dice que el sr Carter me está llamando.

Ni siquiera ha empezado el día cuando ya empiezan a suceder cosas malas.

-Buenos días srta Revees- dice el al entrar a su oficina después de verificarme con Julia.

-Señor Carter- ese fue mi saludo.

-¿Sabe la razón por la cual está aquí?- pregunta

-No, ¿Debería saberla?

-El motivo de este encuentro es porque me notificaron que usted no vimos trabajar en una semana y media.- pero que exagerado ese ser. Me contengo de rodar los ojos.- No se en que lugares usted a trabajado, ni tampoco si podía faltar sin dar explicaciones del porqué lo vas a hacer, pero en esta empresa no se maneja así. Cada vez que te quieras tomar unos días debes pedir permiso primero. No se si entiendes lo que digo.- Dice con un aire petulante.

Cada día me cae más mal, no niego que sea simpático, pero esa arrogancia le resta todos los puntos del físico.

-Señor Carter, disculpe mi insolencia y mi mal comportamiento; pero usted no sabe la realidad que hay detrás de mis motivos que me impulsaron a faltar.- le digo con fingida amabilidad cuando lo único que quiero es escupirle la cara- así que debería usted pensarlo bien antes de juzgar a alguien por no venir una semana, ya que si quiere me puede despedir por mis actos. Pero debe tener en cuenta que S-I-E-M-P-R-E elegire mi familia por encima del trabajo- digo haciendo énfasis y deletreando el siempre- que pase un buen día, quisiera quedarme a seguir charlando con usted pero tengo que ir a reponer las horas.

Escucho como me llama pero la verdad no me importa, si quiere despedirme allá el. Me siento tan bien al plantarle la cara.

Estaba en mi oficina cuando entra mi secretaria.

-Srta Revees, hay una mujer que dice ser su amiga, ¿la hago pasar?- me dice agitada.

Si es Cristina, seguro le hizo un show por no dejarla pasar.

-Si y me disculpo por lo que seguro causó.

-Esta bien, ese es mi trabajo. En este momento la hago pasar.- dice, pasó un rato y nada que llegaba así que seguí con mi trabajo.

Cristina tiene una familia adinerada, a ella no le hace falta lo material. Nos conocimos en primaria, a mi me estaban molestando por tener padres adoptivos y Cristina salió a espantar a los niños. Después de ese día nos convertimos en las mejores amigas y nunca más nos separamos.

Ella nunca me juzgo por tener una familia diferente y yo no la catalogue como una niña mimada por tener familia con dinero.

Su vida ni es como de las películas; sí, tuvo muchas cosas materiales, pero no fue un cuento rosa. Todos los que la "querian" era por dinero, sus novios sólo buscaban cosas materiales y la engañaban.

-Hola mariposa- dice Cris sacándome de mis pensamientos.

-Hola bella- ella se sienta.

-Amiga, habíamos quedado para el sábado ¿Qué pasó?- uhhh, no me acordaba.

-Amiga, mi abuela estaba enferma- me mira preocupada.

-Y... ¿Que pasó? ¿se mejoró?

-Pues no, ella murió.- Estoy reteniendo las lágrimas.

Ella se para y me abraza.

-Amiga, todo va a estar bien.

-Bueno, cambiando de tema- me seco rápido las lágrimas rebeldes que se escaparon- Te tengo un cuento.

Y así pasó mi hora de almuerzo, le conté todo lo que pasó con Adam detalladamente.

-No, debes dejarme ir. Tengo que verlo para darle una cachetada- dice después que le contara como me trató.- Nadie se mete con mi amiga.

-Cris, calmate. Si vuelve a hablarme así yo misma le daré su cachetada.- le digo intentando tranquilizarla.

-Amiga, no voy hasta donde está y le digo sus cuatro cosas por ti. Sólo por eso no lo hago.- dice ella más calmada.

Ella sale a buscarnos comida mientras yo me dedico a trabajar un rato más.

Al regresar con la comida me cuenta de su familia, de su novio, de todo lo que le ha pasado y yo voy escuchando pero trabajando al mismo tiempo.

Al terminar la jornada laboral, bajamos a su auto y me lleva a mi casa.

-Amiga, gracias por compartir tu tiempo conmigo hoy, disculpa las distracciones.- dice ella mientras me abraza.

-Amiga, lo necesitaba y no fue una molestia. Gracias a ti por el almuerzo. Nos vemos en unos días- le digo bajando del auto.

Al entrar a la casa todo está en silencio, y es raro porque mi familia hace mucha bulla pero sin prestarle atención me dirijo a mi cuarto.

Quizás Ésto Sea Un ClichéNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ