CAPÍTULO 5. DEFENSA

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KIM

Odiaba tanto los días lunes, era como si la pereza me decía que no fuera al trabajo.

Mis hijos eran igual que yo en ese sentido, odiaban despertarse, pero que íbamos a hacer si el destino nos deparó esta rutina.

Estaba cansada cuando dejé vestidos y preparados a mis hijos. Solo faltaba mi pequeño Joaquín, pero él seguía dormido y relajado.

—Te quiero, bebé.

Dejo a mi pequeño en su cuna cuando la niñera llega. Agarro a mis 2 pequeños para dejarles en su escuela. Luego de eso continúe hasta llagar a mi trabajo.

Saludo con las personas de seguridad y llego al piso de mi oficina.

—Buen día, Margaret.

—Buenos días, Kim.

—¿Tengo alguna novedad?

—Nada por el momento, te dejaron algunos papeles en tu escritorio.

—Gracias.

Reviso los documentos y empiezo a analizar cada propuesta. Tenía una reunión s al medio día por lo que el trabajo debía ser eficaz.

******

Prestaba atención de cada detalle. Los directivos estábamos reunidos para definir las mejores estrategias del caso. Dean tenía una seriedad que era característico de él, yo revisaba cada papel mientras escuchaba las explosiones de la gente de contabilidad y publicidad.

Teníamos mucho por lo que analizar.

—Esto está para largo. Deberíamos tener un descanso. — Eran casi las tres de la tarde y seguíamos reunidos.

—Vamos. Comeremos algo ligero y seguiremos.

Asiento mientras guardo mis documentos. Era la única mujer aquí y era extraño, al principio fue complicado, pero me he acostumbrado, la convivencia con ellos fue difícil de entender, pero tengo compañeros muy profesionales.

—Kim. ¿Qué tal todo? —menciona Flavio, el jefe del departamento de comunicación.

—Bien, aunque quiero asesinar a quien no nos ha dejado salir con rapidez.

—No culpes a Bryan, ya vez que el suele ser muy complicado.

—Es necesario un sí y un no, no me agrada que trate de convencernos de algo que solo a él le conviene.

—Bueno...

Los dos nos quedamos en silencio cuando Dean se junta a nosotros. Cierro la puerta del elevador y el silencio nos invade.

—Dean, no había tenido la oportunidad de conocernos. Espero y podamos tomarnos una cerveza algún día.

—Sí, solo no trata de coquetear con Willians y lo haremos.

—El no... — intervengo, pero él no me deja seguir.

—Silencio, Willians. Sé lo que veo.

—Creo y... — Flavio quiere hablar, pero Dean hace un movimiento con su mano que nos da a entender y hagamos silencio. Viro mis ojos mientras me arrimo a la pared y lo ignoro. Luego las puertas del elevador se abren y salimos.

—Vamos. Almorcemos juntos.

Flavio asiente y caminamos en busca del restaurante de alguna comida agradable.

—Es un poco inusual nuestro nuevo...

—No es nuestro jefe directo, recuerda que nuestro jefe solo se toma una vacaciones, pero es el quien sigue decidiendo, Dean es como su cabeza y ojos de reemplazo. Si fuera él ya me hubiera despedido hace meses atrás, pero no puede.

JEFE, QUÉDESE CON NOSOTROSWhere stories live. Discover now