CAPÍTULO 8. CENA

26.2K 1.8K 64
                                    

KIM

No podía dormir, ni un poco. No dejaba de pensar en lo que pasó, en todo lo que sucedió. Dean me había besado, su beso era algo así como una explosión de sensaciones.

Era colosal.

Era increíble.

Y me había gustado... al final del día, mi odioso jefe era un amargado, pero sus besos me gustaban demasiado.

También era el hecho de que yo estaba sola... por un gran tiempo, pero con mi trabajo, mis estudios y mis pequeños, me era imposible pensar en tener a alguien conmigo.

El amor era lo último en lo que podía pensar.

Y nunca había sido muy buena en ella, por alguna razón quería saber mucho más de Dean. Era una especia de reto, algo increíble.

Me gustaba Dean, de alguna manera lo encontraba alguien muy guapo, aunque su seriedad era inquietante, me agradaba mucho su manera de ser.

Él era como una persona de la cual quieres saber más.

******

Lunes en la oficina y quería salir corriendo. Tenía muchas cosas que hacer, mucho que leer y no parecía un día tranquilo.

Todo el mundo corría organizando el evento de la empresa.

Esto era una costumbre, la empresa cumplía 50 años en el negocio y la fiesta de gala se venía con fuerza.

Dejo mis archivos en orden, luego los esparzo en la mesa y reviso desde el más importante hasta el de menos.

Alguien golpea mi puerta, la hermana de Dean ingresa despacio.

—¿Vas a almorzar?

—No, ve tranquila. Tengo mucho que hacer, ya pediré algo.

Ella se despide y sale despacio. Yo, despacio me quito mis zapatos de taco y camino a mi sala. Ya ahí sobo mis talones y miro la cuidad.

La puerta de mi oficina se abre con tanta fuerza que brinco de la silla del susto.

—¿Qué te pasa?

—Un buenas tardes serviría.

—Dean... —Él lleva algunas bolsas con él.

—¿Qué traes contigo?

—Algo de comida. Mi hermana me comentó que estabas con demasiado trabajo.

—Sí, es estresante.

—Pensé que podíamos almorzar junto.

—Dean...

—¿Sí? —No puedo decir nada cuando él empieza a retirar el envoltorio. Existen varias opciones, algo de pollo, ensalada, sushi.

—Gracias por esto.

—No me gusta saber que no almuerces.

Lo miro un tanto admirada.

—¿Quieres?

—Sí, un poco de todo.

Dean me sirve la comida, yo despacio empiezo a comer. Él no dice nada, solo agarra rollos de sushi y come en silencio.

—¿Tenemos algo de tomar?

—Una gaseosa, no pude comprar algo más natural.

Dean empieza a abrir otra de las bolsas, yo le ayudo y quito la botella de sus manos.

—Ya lo hago yo.

—Yo...

—Willians —me arrancha la botella de mis manos, dulcemente.

—Ya lo hago yo.

—Por Dios, mujer.

Empiezo a quitar la tapa.

—Déjamelo a mí, la tapa está atascada.

—No...

—¡Williams!

Arrancho la botella y destapo su seguro. Enseguida una cantidad enorme de gaseosa negra lleva todo mi rostro y blusa.

>>Williams. ¡Por qué no hace caso!

Riendo lo miro. ¡Estaba toda empapada!

—Tenemos una reunión en un par de horas...

—Tengo una camiseta de repuesto —sin escuchar más, sale de la oficina.

Yo limpio el pequeño desastre, mi blusa era blanca y mi Bra azul, por lo que ahora se veía con claridad. Despacio me quito la blusa y seco mi cabello con la misma.

Estaba toda mojada y pegadiza. Se sentía realmente mal, agarro algunas toallitas húmedas y trato de limpiar mi desastre.

—Tengo... — Despacio me cubro. Dean se tensa un poco pero me estrecha su camisa.

>>Creo y te quedará bien por debajo de la falda. ¿Tienes una chaqueta?

—Sí. Gracias.

Corro al baño y me cambio de inmediato. Salgo del lugar, mi jefe me mira algo asombrado.

—Le luce mucho mejor que a mí.

—Es el carisma. —Trato de reírme, él se pone aún más serio. Me siento a su lado y degusto de la comida.

—Gracias por preocuparte Dean.

—¿Irá a la noche de gala?

—Sí, quizá no por mucho tiempo, mi hermana se ofreció a cuidar a mis hijos, pero igual no me siento segura.

—Debe salir por lo menos una noche. Disfrute un poco.

—Bueno, lo pensaré. No tengo amigas y no creo y pueda hacer algo más ese día. No creo que deba ir al cine sola, es decir... prefiero ir a casa.

—Puede ir conmigo.

Se forma un silencio incómodo.

>>No tiene que ser obvia, con un no estaría...

—Me encantaría salir, Brown, pero no al cine.

—¿Qué propone? —dice, viéndome fijamente a los ojos.

—Bueno, hay un lugar al que me gustaría ir.

—¿Cuál es?

—Es un club de salsa.

—Si es lo que desea.

Levanto mis hombros.

—Me gusta probar cosas nuevas.

—Bien.

—Entonces...

—Iremos a la gala, nos quedaremos hasta las diez, y luego la llevaré al club de jaz.

Sonrío.

—Muchas gracias, eso sería excelente.

Dean no deja de verme raro.

—¿Está todo bien?

—Es mejor y se ponga esa chaqueta en la reunión, Williams. Pudo ver su bra, y créame, mataría a cualquier hombre que pueda ver eso.

******

—¿Qué dices de este? —señalo la prenda rosa.

—No. Hermana, el azul es tu color. Te ves hermosa en él, y quiero que esa noche Dean te vea mucho más que hermosa.

—No exageres.

—Hermana, de verdad que ese hombre tiene un encanto único.

—Hablas como si lo conocieras de toda la vida.

—Sé que le gustas.

—Basta. Los niños pueden oírte.

—Bien, pero sigo pensando que el azul es el indicado.

Miro el diseño. Era muy sencillo, piedras plateadas rodeaban el pecho, y luego tenía una caída grande de brillosa tela azul.

Me agradaba.

—Yo te peinaré y maquillare. Será mejor que ese día tengas una gran sonrisa en el rostro. Es hora hermana, hora de querer a alguien.

JEFE, QUÉDESE CON NOSOTROSWhere stories live. Discover now