KIM
Mientras observo a mi hijo correr fuera de mi habitación, ya me estoy poniendo mi bata para ir por él.
—Kim...
—Iré por Diego, es mejor y te vayas.
Dean solo asiente y empieza a ponerse su leva. Yo corro hacia la habitación de mi hijo y abro la puerta despacio. Verlo llorar me ponía muy mal. Camino hacia mi hijo y lo toco.
—Diego.
—No te quiero. ¡Vete!
—Debemos conversar.
—¡No quiero!
—Hijo, hablemos.
—Me mentiste. Él no era tu amigo, era tu novio.
—No fue así. Mírame.
El despacio se da la vuelta y me mira con los ojos rojos.
—No me gusta ese señor.
—Diego, papá se fue, y aunque lo amé con toda mi vida y me dio lo más bonito del mundo, yo también merezco seguir. Merecemos ser felices todos, Diego. Mamá merece tener amigos... y quizá alguien que la quiera.
—Yo no quiero que él esté aquí.
—Diego, ¿No crees que sería egoísta que yo te prohíba llevar con tus amigos solo porque a mí no me gustan?
—No lo sé.
—Qué hay de tu amigo Mateo, ¿Te llevas bien con él?
—Sí.
—¿Y si te prohibiera y te lleves con él? ¿Qué harías?
—No me gustaría.
—Cariño, te amo, pero mamá merece tener a alguien con ella.
—¿Y si olvidas a papá?
—Eso no pasará, porque ustedes me recuerdan a él. Papá está en un lugar mejor, y nosotros tendremos siempre su recuerdo.
—No quiero que le des un beso cuando yo estoy.
Río.
—¿Y eso por qué?
—No me gusta, mamá.
—¿Estás celoso?
El niega despacio, pero puedo ver sus mejillas rojas.
Lo abrazo y beso.
—Te quiero.
—También te quiero mamá.
*******
—¿Entiendes eso? —le pregunto a Margaret.
—Sí, me alegra saber que ya estás mejor.
—Fue espantoso, pero ya estoy mejor.
Se forma un silencio.
>>¿Margaret?
—Sí.
—¿Sabes algo de tu hermano? No me contesta el teléfono.
Ella trata de evitarme.
—Margaret...
—Está enfermo. Solo puedo decir eso.
—Debo ir a verlo.
—No creo y Dean esté feliz si te doy la dirección.
—¿Por qué?
—No me preguntes más —añade ella.
![](https://img.wattpad.com/cover/173076883-288-k367824.jpg)
YOU ARE READING
JEFE, QUÉDESE CON NOSOTROS
RomanceQuedarse viuda y con tres hijos resultó ser lo más difícil que jamás imaginé. Llevaba un estilo de vida que no sabía era existente, apenas dormía lo suficiente como para decirle a mi cuerpo que soportaría otro días más. Entre ser mamá, trabajar, aca...