Clarke del Pueblo Celeste

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Para mi corazón basta tu pecho

Para tu libertad bastan mis alas

(P. Neruda)

Capítulo 10
Clarke del Pueblo Celeste

P.O.V Lexa

Clarke no respondía. Estaba arrodillada delante de mi, con la mirada fija en mis ojos, completamente en silencio. Titus a su derecha parecía impaciente e Indra la miraba con desconfianza a mi lado. Levanté una de mis cejas en espera de una respuesta, pero la respuesta automática de la rubia fue elevar una de sus cejas. ¿Esta mujer está loca?

-Entonces...- murmuré intentando permanecer tranquila y dejando entre ver un ápice de aburrimiento.

Clarke seguía mirándome en silencio. La vi lamer sus labios fijándome inmediatamente en el golpe que tenía en su labio inferior. Sentí una presión en mi estómago y un deseo fuerte de despedazar a la persona que se había atrevido a golpearla. No tenía ese golpe hace cuatro días así que se lo habían dado mientras estaba en el calabozo.

-La haré hablar, Heda.- se ofreció Indra sacándo su espada. Clarke no reaccionó, seguía mirándome. Como si sus ojos azules tuviesen la capacidad de traspasar las capas que me escondían de todos. Como si quisiera descubrir mi alma a través de mis ojos. Pero estabamos en una reunión y yo no podía permitirle que hiciese como le viniese en gana.

-No. - advertí, la mujer morena me miró con el ceño fruncido, pero no osó llevarme la contraria sino que volvió a su posición a mi lado y guardó su arma. Los lideres observaban con interés.

Esperé pacientemente. La rubia no parecía querer pelear o armar un revuelo. Seguramente solo estaba sorprendida al estar delante de mi nuevamente. Sus ojos eran fáciles de leer y no era necesario que me dijese cuan sorprendida estaba. Lo que sus labios no decían sus ojos lo gritaban.

-Quiero que los terrestres acepten un tratado de paz con el pueblo Celeste.- habló al fin Clarke. Levanté una de mis cejas, esperando que ella argumentase, pero ella imitó mi gesto y guardó silencio. Esta mujer debería amar más su vida, actua como si no estuviese rodeada de mas de diez personas dispuestas a matarle.

-El pueblo Celeste a asesinado a muchos de los nuestros. La sangre llama la sangre. Solo habría paz si sacrifican algo.- demandó uno de los lideres desde su posición.

Moví mi mirada entre la gente queriendo saber su opinión. Les di algunos minutos para que pensarán. No todos los días un pueblo que muchos consideraban enemigo pedía paz.

-¿Todos quieren paz?- preguntó Nia. Clarke vaciló un segundo.

-No. Mi pueblo está dividido. A un grupo lo tienen encarcelado por querer la paz. Si Heda me ayuda a liberarlos juraremos fidelidad a la coalición y ganarán excelentes guerreros, nuestra mejor ingeniera está de nuestro lado y podría ayudarles a tener mejores armas que los hombres de la montaña.- ofreció la rubia y se hizo el silencio.

-Podría ser una trampa.- habló otro de los lideres y los demás comenzaron a levantar la voz y a abundar en eso.

Guardé silencio dándoles la oportunidad de argumentar y exponer sus opiniones. Todos parecían inclinarse a que debía ser una trampa y que Clarke debería morir inmediatamente y ser enviada en trozos al pueblo Celeste para que nunca más intentasen burlarnos.

La bella salvaje  (Terminada)Where stories live. Discover now