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Su última clase era educación física. No era que Jisung fuera malo, claro que no, pero era un imán para los balones.

Seungmin, Félix y Jeongin -sus compañeros de grado y algunos de sus mejores amigos- siempre se burlaban de él, pero no era su culpa, creía que era de su padre pues él era igual.

De hecho su mamá le había pegado con el balón tantas veces por accidente que terminaron haciéndose novios.

Fué una historia trágica y amorosa a la vez.

Pero volviendo al tema central.

La clase había terminado y ahora el castaño claro iba a su casa.

Eran las tres de la tarde cuando llegó a su hogar. Cocino algo rápido y fué a hacer su tarea antes de que Minho llegara.

La termino y aún tenía tiempo, así que se dió un baño y se cambió con una sudadera café que le había dado su hermana por su cumpleaños junto con un short negro y se acostó a esperar a que el pelinegro llegara.

Media hora tarde llegó Lee.

Jisung se había quedado dormido.

Por suerte el timbre lo había despertado.

—Perdón por llegar tarde.

—Si...bueno, siquiera llegaste— talló sus ojos y lo dejó pasar— Vamos a mi habitación.

El chico dejó entrar a Minho a su habitación y vaya que cometió un error.

¡Sus posters de Twice estaban ahí! ¡Su imagen masculina estaba echada a perder!

—Oh, que gustos tan...peculiares.

—En mi defensa; son muy talentosas.

—Vaya que lo son.

—Mejor empecemos el trabajo.

—Adelante.

—¿Alguna vez has escrito una canción?

—Sinceramente no, esta no es una escuela de arte, la maestra de arte está loca.

—Así que piensas que es una pérdida de tiempo.

—Jamás dije eso.

—A mi se me hace una pérdida de tiempo ir como idiotas tras un balón y no digo nada acerca de ello.

—Realmente lo es, tengo cosas más importantes que hacer.

—¿Cómo?

—Voy a una academia de danza.

—...bien. Probablemente nos llevemos bien.

Close The Closet [Minsung] Where stories live. Discover now