CAPÍTULO XV: No duró

3.2K 454 105
                                    

POV's Tin

       Escuchaba las palabras de los P', pero estaba ausente, mi mente está en la habitación con mi pequeño Can, puedo sentir su aroma desde aquí, pero no puedo sacarme su imagen tan deteriorada de la cabeza. Su palidez extrema, labios partidos con el contorno casi morado, su cabello quebradizo, y su estado de inconsciencia.

      El doctor llega y se posa a espaldas de P'Forth colocando sus manos en los hombros de este.

—Can duerme. Cuando Ae baje puedes ir a verlo. – Se dirige a mí. –

      Miro a mamá pidiendo permiso, ella también lo querrá ver.

—Ve primero, hijo. – Concede y asiento, ella me entiende o me tiene lástima. O ambas. –

—Como le expliqué a Ae, sería recomendable llevarlo a emergencias. Pero Forth no quería hacerlo sin avisarte. – Nos comenta el doctor. –

—¿Lo podemos llevar ya mismo? – Pregunto. —Pagaré lo que sea para que usted se haga cargo, pero lo colocaríamos a nombre de mamá.

—Claro. Tú tranquilo, nong. Haremos lo que nos digas. – Responde al tiempo que llega Ae. Tocando mi hombro. Es momento. –

      Me disculpo con una pequeña inclinación y casi vuelo a la habitación, respiro antes de abrir la puerta. Los veo a ambos dormitar y me dirijo a mi Can.

—Can, pequeño. – Le llamo bajito acariciando su mejilla. —Sé que fue Tul. – Su aroma estaba un poco presente también. Y me asquea pensar en lo que le pudo haber hecho a mi pareja, a mi amor. —Vengaré todo este mal, ya verás. Te lo prometo.

       Me arrodillo al lado de la cama, posando mi cabeza en el colchón a la altura de su mano. Y es ahí donde me permito llorar un poco, está conmigo sí, pero en este estado, pálido, golpeado, con suero en el brazo, no pude soportarlo.

—Te prometo que te cuidaré mejor, lo siento por lo de ese día, fue mi culpa todo esto. – Beso su mano y limpio mi rostro. –

—Tin. – Susurra débilmente despertando. —Te a-amo. – Nunca me lo había dicho directamente, pero nunca lo necesité. –

—Pequeño, descansa, no te esfuerces, te llevaremos a la clínica. – Me apresuro acariciando con mucho cuidado su rostro. –

       Él vuelve a dormir, pero parece desmayado, tiene el rostro fruncido y su pecho no se mueve. Acerco mi rostro a su nariz, nada.

—¡DOCTOR BEAM! – Grito desesperado desde la puerta. –

      Escucho varios pies corriendo, pero solo el nombrado entra. Intento mantener la calma para no ser sacado de ahí, me poso en una esquina alejado agarrándome de un mueble. Le veo comprobar sus signos vitales mientras le llama por su nombre, para proceder a quitar la almohada e inclinar la cabeza de mi pequeño elevando su mandíbula y abriendo su boca, toma una bocanada de aire y se lo pasa tapando su nariz, todo en cuestión de segundos. Naturalmente me alarmo y me acerco. Empieza a dar compresiones en su pecho y se dirige a mí, que me he quedado sin palabras, nada salía de mí*.

—¡Llama al 1669*! – Exclama. –

     Reacciono y con manos temblorosas saco el celular marcando a emergencias, al segundo tono tengo respuesta.

—¡Necesito una ambulancia! – Digo rápido para dar atropelladamente la dirección de la casa. —Vienen en camino.

      En escasos minutos en los que el doctor no ha parado de dar respiraciones y compresiones de forma intercalada, se oyen las sirenas y los paramédicos entran rápidamente sacándome de ahí. En poco tiempo veo a mi pequeño ser trasladado en una camilla con los socorristas y el doctor Beam a pasos rápidos y todos vamos detrás.

Necesito a mi (NO) omega - TinCanWhere stories live. Discover now