Especial: Embarazo

4K 393 171
                                    


~Primer trimestre~

—Su cachorro está muy bien, chicos. – Informa el doctor Beam. —Debes empezar a tomar estos suplementos, N'Can. Estás algo delgado. – Escribe algo. —N'Tin, asegúrate que lo tome. Lo conozco. Y sé lo renuente que es con los medicamentos.

—Entendido doctor. – Afirmo con la cabeza, escuchando a mi Can refunfuñar entre mis brazos. –

—Bien, durante este mes, que no asistieron a un especialista. – Recalca, rodando los ojos. —Pudo haber pasado muchas cosas. Por lo que los quiero aquí, a ambos, cada dos semanas. Luego será mensual. – Quita su rostro serio y sonríe. —Felicidades, chicos, ya pueden irse. Aquí está su primer eco. – Nos entrega esa imagen de fondo negro, con algunas líneas grises. Que por más que la analice, no logro identificar, que es lo que se supone, es mi cachorro. –

—Gracias Dr. – Nos levantamos, haciendo un wai. –

—Nos vemos en dos semanas aquí. Y N'Tin... Suerte. - ¿Suerte? –

[...]

          Hoy, a mitad del segundo mes de embarazo, entiendo por qué, el doctor me deseó suerte. Can está hecho una Magdalena, básicamente. Durante sus celos, es bastante sensible, pero ahora... Ahora, cualquier mínima cosa que pase, logra hacerlo llorar. Más bien, no le ha dado por molestarse por todo, sino, ya yo tuviera varios golpes en la cabeza. Según mamá, cuando estaba embarazada de Can, aparte del antojo al melón, la histeria fue uno de sus síntomas más constantes.

          Por ejemplo, ahora. He matado una cucaracha. Y sus lágrimas bajaron al segundo. Juro por Buda que no quería reírme. No quería hacerlo, de verdad. Simplemente, no lo logré, es demasiado extraño ver a Can llorar tanto, por cosas tan tontas. Obviamente, entre sus lágrimas, fue capaz de golpearme el brazo. Aunque. El alfa sobreprotector no se hizo esperar, y los consolé.

          Pero ya sé como contentarlo. Es muy sencillo. Helado. En sus celos, también es efectivo.

—¿Vamos por un helado? – Acaricio su cabello. –

—¡Sí! – Se levanta de un salto. —Y luego visitamos a mamá.

—Claro, pequeño, solo que Gucci no se me acerque. – Él ríe por mi mueca. –

          Y es que desde que estamos aquí, vivimos en mi antiguo departamento, para no incomodar a mamá y Lay, y también porque Gucci, se volvió demasiado territorial con Can. Demasiado. No deja que me le acerque cuando vamos a casa de mamá.

         Según mamá, es que Gucci, puede ¿Sentir? A nuestro cachorro, por lo que, cualquiera que se le acerque a Can, sea quien sea, puede ser una amenaza, y salta a morder. Y como yo no aprendo, tengo varias mordidas suyas en mis piernas. Bien Gucci, se suponía que tu favorito era yo.

[...]

~Segundo trimestre~

—Tin, Tin, despierta. – Siento como me mueve. —Tin, despierta, oso. – Sonrío, desde hace varios años empezó a llamarme "cariñosamente" así. –

—¿Qué sucede? – Respondo aún medio dormido. –

—¿Compraste más cerezas? – Ahí abro los ojos como huevos fritos. –

—N-No. – Estoy en problemas. –

—¡¿CÓMO QUE NO?! TIN, ¡SABES QUE A MEDIA NOCHE ME DA ANTOJO!

Necesito a mi (NO) omega - TinCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora