마흔 둘

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El propósito de la palabra «dulzura» toma un rumbo equivocado al estar posada en sus labios, al ser dirigida por esa lengua que busca herir sin tocarme, ese tono macabro logra derrumbar mis puertas para dejar al pánico correr a sus anchas.

—Tic tac, decide ya.
—La policía estará aquí antes de que puedas ponerle un dedo encima a Jimin.
—Llámala, seguro les interesa ver el vídeo que tengo en mis manos. Es un verdadero espectáculo ver a tu lindo Jimin apuñalando despiadadamente a HyoDong.

Una desagradable corriente de electricidad arrasa mi columna.
«¿Cómo pude olvidar la cámara?»
—Fue en defensa...
—La primera puñalada sí, la segunda me hace dudar, la tercera y la cuarta—se ríe—¿Qué juez va a comprarte ese cuento? Aún con todo el dinero y poder de su madre, nadie podrá refutar que Jimin cometió homicidio. Una condena larga o una corta, él irá a prisión de cualquier forma. El pequeño y tierno Jimin será víctima de tantas atrocidades, me pregunto qué tan mal aspecto tendrá el primero en violarlo.

Me cubro la boca para ahogar el espanto ascendiendo por mi laringe.
—¿Qué quieres que haga?—musito desgarrado por el pensamiento.
—Recoge el paquete que deje en tu puerta, vierte el contenido en una taza de té y dásela a Jimin. Con la cámara de tu teléfono graba desde el momento en que pones el paquete en tus manos hasta que Jimin se haya bebido la última gota de la infusión. Quiero ver ese vídeo dentro de diez minutos máximo.

—¿Para qué sirve el contenido?—pregunto sin ocultar mi miedo.
—No es veneno, necesito a Jimin vivo para seguir moviendo tus hilos—se burla—En cuanto él quede dormido saldrás rumbo al mismo sitio donde dejaste a HyoDong pudriéndose. Voy a estar pisando tus talones, no voltees, no hables con nadie. Date prisa al enviarme el vídeo, diez minutos.
—Espera—clamo antes de que cuelgue—¿Cómo sé que no enviarás el vídeo en cuanto me tengas en tus manos?

Hay un minuto de silencio y finalmente escucho una risa irónica.
—La cámara de ayer contiene el único registro del crimen, la dejaré cerca al contenedor al final de la calle por donde te dirigirás al bosque, haz lo que quieras con ella. Perjudicar a Jimin está fuera de mis planes, sólo te quiero a ti. Diez minutos—me recuerda.

La conversación termina y pone el cronómetro a correr.
Recojo la caja marrón, saco de ella un frasquito con un líquido incoloro y lo mezclo con el té apenas preparado con agua de botella y un sobresito de canela.
Para poder grabar el resto dejo el celular en la cómoda frente a la cama. Nervioso y con temor del resultado final, le ofrezco la bebida a Jimin.

—Gracias—acepta y sediento bebe hasta el fondo.
—Procura dormir un poco más—lo ayudo a recostarse nuevamente entre las sábanas.
—Terminarán hallando el cuerpo. ¿Cuántos años me darán? Yo...—un gran bostezo lo interrumpe, sus párpados se ralentizan.

—Ojalá hubiese podido verte como esperabas en vez de pensarte como el mejor amigo en el mundo entero, fuiste capaz de semejante acto por mí—con lágrimas en los ojos, le beso la comisura del labio—Mis acciones carecen de heroísmo, sólo te devuelvo el favor, jamás te culpes por nada. Te amo a mi manera, Jiminie—me despido, arropando su recién dormido cuerpo.

Me visto a las prisas y corro a la puerta mientras envío la grabación. Un pedazo de papel con mala letra se ve mojado por el sudor de mi palma.

De un tropiezo caigo a los pies de un hombre de bastante edad, hace el esfuerzo por ayudarme a ponerme en pie.
Como una punzada, siento los ojos de alguien taladrándome la cabeza, regañándome en silencio por el contacto, por ello decido soltar la mano del hombre rápidamente y seguir mi camino con más prisa.

Hallar la cámara cerca a un contenedor de basura me da una pequeña inyección de alivio. Con mucha fuerza piso la memoria, en un arranque de rabia también pisoteo el artefacto y después lo arrojo con fuerza a la basura.
Segundos después el camión recolector viene a llevarse los residuos; mi vista se centra en mi imagen reflejada en el retrovisor.
«Y así luzco en mi último día»

PERDIENDO MI NORTE (Taejin/Kookjin)Where stories live. Discover now