El mito

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Estás en tierras inhóspitas, que nadie las ha pisado en siglos. El calor y resplandor del sol son insoportables. Entonces recuerdas a lo que viniste. Buscas el mapa que llevabas estudiando por meses. Usas tu brújula para ubicar el norte. El sudor de tu cara te desconcentra. Buscas un lugar con sombra. Lo encuentras. Allí en la distancia hay un árbol muerto. Te sientas en su sombra. Sigues en el desierto analizando el mapa.

— ¡Eureka! —Gritaste con emoción, porque estabas cerca del sitio. Entonces caminas mirando a tu alrededor. Buscas las ruinas de los Obeliscos de Cristal. Pero algo te dices — ¿Dónde están? Se supone que eran tan grandes que tocaban el cielo —Ahora te preguntas si es una pérdida de tiempo buscar esas ruinas.

Viajaste desde la punta del mundo al lugar más inhabitable que existe sólo para comprobar que los rumores eran falsos.

Caminas mucho. Recuerdas que caminaste por casi cinco horas desde que te levantaste.

Ya es medio día. El sol es más fuerte. Te alejaste mucho del árbol muerto. Decides esconderte en una cueva. Tienes muchísima sed, pero no tienes ni gota de agua en la cantimplora. Allí en la cueva escuchas caer gotas de agua. Te adentras en la cueva. Llegas a un lugar raro, un "oasis" dentro de la tierra. Es un estanque con agua cristalina.

Ese oasis te refresca con solo verlo. Hay huecos que dejan entrar luz del día. Bebes del agua. Mojas tu cara. Llenas tu cantimplora. Decides descansar un poco cerca de una pared, en la sombra de la cueva.

Entre las piedras polvosas que hay, encuentras un libro muy antiguo. Te asombras. Ves su pasta. Le quitas la tierra.

La cubierta tiene inscripciones de un lenguaje que murió hace muchísimos siglos atrás. Tiene también unos aparentes dibujos. Hay siete líneas horizontales que destacan y unas especies de armas.

Te dices a ti mismo —Esto tiene que darme una pista de los Obeliscos de Cristal—.

Tratas de leer el libro en la sombra de la cueva, pero ves que está vacío. La poca luz que te ilumina solo te deja ver las páginas desgastadas. Te mueves para quedar debajo de un hueco del techo. Asombrosamente la luz del sol de mediodía te deja ver las letras que antes no podías ver. Es increíble, pero lo entiendes, puedes entender el idioma muerto y también ver con más claridad las páginas, sólo con estar bajo el sol puedes entenderlo absolutamente todo. Repasas las imágenes épicas que tiene algunas páginas. Te mueves hacia la sombra e inesperadamente, todo se te hace confuso, el idioma te vuelve a parecer inentendible, las imágenes nítidas se fueron y las páginas se volvieron a hacer viejas. Ahora sabes que hacer para leer el libro que encontraste.

Te quedas en la cueva bajo la luz del sol que entra por un hueco de la misma. Leyendo un libro que permaneció perdido durante milenios en un lenguaje que nadie habló, viendo imágenes que nadie más vería. Te detienes. Cierras el libro. Te calmas y te dices —Empecemos por el comienzo— Y empiezas por ver la portada que tiene escrito "El Mito del Eclipse". Continúas con tu lectura. Empiezas a leer el primer capítulo.

El Mito Del EclipseWhere stories live. Discover now