°Lo que sigue°

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»Con el paso de los años se fueron agregando más sujetos al proyecto, todas con las cualidades que Jeanette consideraba ideales para desarrollar su proyecto, en un momento dado llegamos a ser nueve en total. Teníamos la habilidad de leer las ideas, pero únicamente Alexandria y yo habíamos aumentado esa habilidad un poco más allá. Éramos capaces no solo de leer las ideas, también teníamos la capacidad de introducir nuestras propias ideas en las mentes de otras personas para que las sintieran suyas. Los experimentos con diferentes tipos de veneno continuaron hasta que los doctores y científicos lograron que nuestros cuerpos fueran prácticamente inmunes a ellos, al igual que con algunas enfermedades de las que sacaron una vacuna a costa nuestra.

»Para controlar la habilidad de leer las ideas se requería de entrenamiento, era necesario para poder enfocarte en una sola persona, de lo contrario terminarías viendo las ideas de todos en la habitación. Sería como si te hablaran todos a la vez, no terminarías entendido nada, solo te causaría un inmenso dolor de cabeza. Eso solía pasarle a menudo a Alexandria, era tan impulsiva que cuando trataba de leer las ideas de alguien perdía el control por falta de paciencia y terminaba viendo las de todos a su alrededor. La cosa era que, entre más misiones, teníamos mejor control de la habilidad, también, además de eso, nuestra concentración y capacidad de compresión comenzó a aumentar de manera acelerada, las matemáticas, la física y la química eran sencillas, además de los idiomas, entenderlos y aprenderlos se volvió mucho más fácil.

»Para cuando cumplí los catorce años ya había perdido la cuenta de cuantas personas habían perdido la vida en mis manos, matar era parte de mi día a día, tan natural como parpadear y al mismo tiempo la aberración más grande que podía llegar a hacer, mi conciencia nunca se apagó, seguía allí siempre atormentándome en los momentos de silencio. Pero, quitar vidas era inevitable. Se había vuelto parte de mi rutina, ellos me habían condicionado a ello, lo necesitaba tanto como respirar, la sed de sangre era muy grande, y lo único que lograba aplacarla eran los lienzos en blanco y los óleos cuando me enfocaba únicamente en pintar. Los doctores notaron que esto me calmaba, así que lo incluyeron en mi rutina, me daban un espacio libre para pintar todos los días, de esta manera mantenían mi instinto asesino calmado y evitaban que terminará haciendo una masacre con todos los que trabajaban en las instalaciones.

» Alexandria se había vuelto una adicta a la adrenalina, era lo único que calmaba su sed de sangre, aunque ella sabía controlarla mejor que yo, siempre que no estábamos en alguna misión matando o torturando, ella estaba haciendo alguna clase de deporte extremo. Vivíamos bajo constante vigilancia, no teníamos permitido salir de las instalaciones sin compañía, a no ser que fuera para una misión, en ese caso si íbamos por nuestra cuenta, nos vigilaban por medio de los rastreadores implantados en nuestro cuerpo que nos habían colocado cuando nos llevaron por primera vez.

— ¿Solo matabas malas personas? —Interrumpió Eric, esa pregunta llevaba un rato dando vueltas en su cabeza, no la pudo retener por más tiempo.

Kaia lo observó por un momento, sus ojos se perdieron en los de él, dorado y café mirándose fijamente, él en busca de respuestas, ella perdida en sus propios recuerdos, hasta que finalmente contestó.

—No—Todo quedó en silencio por un momento hasta que ella volvió a hablar—No eran solo malas personas. Aunque en ese entonces no lo sabía, también nos mandaban a eliminar personas que representaban riesgos o amenazas para aquellos que financiaban el proyecto. Éramos sus asesinas personales—Una risa que sonó hueca salió de ella—No lo sabía en aquel entonces, yo solo mataba a quien me indicaban.

— ¿Pero, qué hay de tu conciencia?, ¿De lo que te dictaba? —Eric la miraba ansioso, esperando que dijera algo que la excusara, algo que cambiará lo que estaba pensando en ese momento.

El Arte De Aniquilar (Artes Letales #1)Where stories live. Discover now