Capítulo 8 - Aire

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Actualidad

- Espera, espera, espera -dice Álvaro sorprendido por la historia de su cuñado- al final no fuiste al médico?

Raoul se limita a negar con la cabeza.

- Se puede saber por qué? -pregunta indignado el mayor

- Venga ya, Álvaro, que habrán pasado veinte años pero no me creo que hayas olvidado lo cabezón que era -ríe el rubio

- Eras? -remarca Agoney

- Soy -admite Raoul entre risas

- Pero cuánto tiempo estuviste sin ir? -pregunta Mireya

- Pues hasta que mis pulmones dijeron: hasta aquí hemos llegado -explica el menor

- Y cuándo fue eso?

- Pues...

23 de Octubre de 2002

Hace semanas que Raoul se siente tremendamente cansado. Supone que se debe al trabajo tan agotador que realiza diariamente en el almacén, aunque Agoney hace el mismo y no se refleja tanto. El rubio se apunta mentalmente ir al gimnasio para recuperar la forma, bueno, ir a correr que un gimnasio no se lo puede permitir.

- Cómo está la coshita más bonita del mundo? -pregunta Agoney que aparece de repente por detrás y le presiona las mejillas

- No sé, cómo estás? -pregunta Raoul girándose con una gran sonrisa en la cara

El moreno se limita a reír y dejarle un tierno beso antes de volver a su trabajo. Raoul está en una nube desde que empezaron a salir, realmente se maldice a sí mismo por haber tardado tanto en tomar la decisión. Pero como solía decir su padre: las cosas de palacio van despacio.

Raoul echa mucho de menos a Manolo, siempre ha pensado que sí él hubiese seguido con día aquel fatídico día en el que renegó de su familia, todo sería distinto... También echa tremendamente de menos a su hermano Álvaro, qué será de él? En fin, el muchacho no tiene ninguna culpa de la forma de actuar de su madre, aunque igual él también empezó a odiarlo en cuanto su madre le contó que tiene un hermano maricón... No, que va, es Álvaro.

- Y esa cara de idiota que me llevas? -pregunta sonriendo Agoney

- Qué?

- La sonrisa que parece que te va a dar la vuelta a la cara -se explica el canario

- Es que... me he puesto a pensar en mi familia y... no sé, creo que les sigo queriendo después de todo... hasta a mi madre -confiesa el chico

- Es normal, amor, es tu familia -explica Agoney- quizás algún día podáis hacer las paces, no?

- Ojalá -sentencia Raoul imaginando un futuro en el que pueda presentar a Agoney como su novio delante de su familia sin ningún tipo de problema

Después de fantasear unos minutos más en un futuro que le parece demasiado utópico para ser cierto, decide seguir con sus tareas.

- Raoul, lleva esta pila de cajas y súbelas al camión, anda -le pide el jefe- que Juanan se ha tenido que ir que su mujer se ha puesto de parto

- Ay ya? No era para el mes que viene? -pregunta un histérico Raoul que hace que Agoney se muera de ternura. ¿Cómo tiene tan controlado el embarazo de la mujer de su compañero? Es surrealista, aunque claro el rubio siempre le ha dicho que quiere ser padre algún día y es un gran compañero, así que quizás no es tan extraño que conozca al detalle el embarazo de Zaira

- Pues sí, pero parece que se ha adelantado -explica el otro hombre

- Vaya, bueno pues vale, yo me encargo del camión -sentencia Raoul

El chico se dispone a hacer el trabajo que le ha ordenado su jefe. Pasa prácticamente toda la tarde haciendo lo mismo. Coje una caja, la lleva al camión, la deja y vuelta a empezar. Son las ocho de la tarde y ya empieza a notar el agotamiento. Cada vez le entra menos aire y le cuesta más respirar. Joder, tendrá que empezar cuanto antes a correr, no puede seguir así. Hasta que llega un momento que necesita sentarse y respirar.

- Eh, Raoul, estás bien? -pregunta Luís que pasa por ahí

El rubio se dispone a responder pero al igual que el aire no le entra, tampoco le sale. Por tanto se limita a asentir.

- Seguro? Tienes la cara muy hinchada

Raoul se levanta para ir al baño a mirarse en el espejo, pero nada más hacerlo se marea y empieza a preocuparse. A tientas, retoma su intención de ir al cuarto de baño pero por el camino se cruza con Agoney.

- Dios, Raoul, qué te pasa? -se sorprende Agoney al verle

Raoul hace su mayor esfuerzo por poder articular aunque sea una palabra.

- No... no pue... No puedo respirar -afirma entre jadeos el rubio

Agoney no se lo piensa dos veces y llama a una ambulancia.

- Sí... sí, dice que no puede respirar -explica el canario al borde de un ataque de nervios- qué? Cuánto tiempo? Vale, pues da igual...

- Qué ha pasado? -pregunta Luis

- La ambulancia tarda una hora en llegar, están en no sé qué sitio que ha habido un accidente de tráfico -explica Agoney

- Entonces qué vamos a hacer?

- Tú vuelve al trabajo, yo me lo llevo al hospital -sentencia el canario cogiendo del antebrazo a Raoul para llevarlo al coche

- Y qué le digo a Manu?

- La verdad, que Raoul se estaba asfixiando y que lo llevo al médico

Y sin dejarle tiempo para que vuelva a replicar, Agoney coge el coche y se dirige al hospital más cercano.

Agoney da vueltas en círculos en la sala de espera. Cuando llegaron a urgencias vieron que Raoul era un caso grave, así que no tardaron en intervenir. Lo malo es que el muchacho lleva dentro de esa sala más de hora y media y Agoney no sabe nada de él.

- Familiares de Raoul Vázquez?

- Yo -afirma inmediatamente Agoney

- Vale, puede pasar a verle -informa el enfermero- aunque le advierto que no es una imagen muy bonita

A Agoney le da absolutamente igual, va a volver a ver a Raoul y para él esa ya es la imagen más bonita del mundo. Cuando se adentra en la habitación, se encuentra a su chico postrado en la cama, con un montón de cables conectados a su cuerpo y una mascarilla que supone que respira por él.

- Mi amor -exclama Agoney acercándose al rubio- estás vivo, estoy aquí -le acaricia el pelo- qué pasó?

- Esto es bastante duro de asimilar -sentencia la doctora- no sabemos muy bien cómo pero Raoul tiene los pulmones llenos de humo, sabe usted cómo ha podido ocurrir?

- Hace cuatro meses se incendió el almacén en el que trabajamos -explica Agoney- yo me quedé dentro y él me ayudó a salir, es muy posible que inhalase humo

- Y no le revisaron entonces?

- Se supone que sí, no entiendo nada -afirma el canario

Raoul se quita momentáneamente la mascarilla para hablar.

- Te mentí, amor -vuelve a ponerse la mascarilla momentáneamente para coger aire- fui directamente a verte a ti, lo siento

Agoney no sabe cómo reaccionar, lo único que quiere es llorar.

- Le hemos hecho una limpieza para vaciarle los pulmones -prosigue la doctora- pero los tiene ya muy perjudicados y solo puede respirar con la bombona

- Pero va a sobrevivir? -pregunta Agoney con el corazón en un puño

- Es posible, pero necesita un trasplante o vivirá toda la vida pegado a esto -le da un pequeño toque a la bombona- lo lamento mucho

La mujer sale de la sala para que estén solos dejando atrás a un chico sin respiración y a otro sin aire.

FLAMES (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora