Friends

4.4K 240 41
                                    

Antes de nada, quería dar las gracias por las casi 1k lecturas (a ver si llegamos jaja) quería decir que esta historia no será muy larga, como mucho veinte capítulos (si llega). Así podré hacer muchas más historias y más drama jaja. Este capítulo va a ser un poco más largo que los demás.
Gracias, y disfrutad❤️

——————————————————-

Alba

Me desperté en una cama de hospital con un dolor de lumbares terrible y con las piernas apenas sensibles. La luz blanca me daba de lleno en los ojos, y apenas podía despegar los párpados. Notaba las manos extendidas y agarradas por dos personas diferentes. También la cabeza de alguien apoyada en mi regazo. Unas voces al fondo de la habitación resonaban en mis oídos.

—¿...en serio? ¿No se puede hacer nada? —Esa voz era la de mi padre.

—No señor, lo siento mucho, pero sólo quedan esas dos opciones—. Esa voz era femenina, pero no la reconocía, debía ser la médica o algo así.

—Pero habrá algo que podamos hacer, una operación o...— esa voz sí que me resultó inesperada. ¿Madre? Llevaban separados cinco años y sólo en ocasiones importantes los dos se juntaban. Aunque ambos se llevasen bien y viviese con mi padre, no quitaba que yo quisiese muchísimo a mi madre.

—Señor Martínez y señora Reche, os lo aseguro, no hay más opción, tienen tres meses. Cuánta más temprana sea su decisión, mejor podremos llevar esto a cabo. Todo esto es por el bien de su hija. Les dejo solos —oí la puerta abrirse y unos pasos alejarse.

Tenía los ojos un poco entrecerrados, para intentar ver un un atisbo de la situación. Mis padres estaban juntos hablando en voz baja, pero se fueron en cuestión de segundos. Intenté mirar a los lados. Marina estaba dormida en una silla agarrándome la mano. Qué adorable estaba. Quería enviarla un mensaje pero mejor no despertarla. Mi sorpresa llegó al ver quién dormitaba sobre mi regazo. Era Natalia.

Me sorprendió saber que había estado todo ese tiempo a mi lado. Nos conocíamos de dos días, y ya parecía alguien importante en mi vida.

Le acaricié el rostro. Era muy guapa. Recordé lo que había ocurrido justo antes de que me cayese al suelo, lo que iba a ocurrir. Sí, yo tenía novio, aunque no sabía a ciencia cierta si debería seguir llamándole así. Desde hacía un tiempo había dejado de serlo inconscientemente.

Ni siquiera sabía lo de mi... enfermedad. Tampoco sabía si calificar lo que me ocurría como enfermedad. Por lo que acababa de oír, parecía que había empeorado notablemente. En verdad no tenía muchas esperanzas de que mejorase. Esa no debería ser mi actitud, lo sé, pero después de dos años ya me había dado por vencida, en cierto modo.

Recuerdo cuando me dijeron que no llegaría hasta los 21, cuanta frustración me llegó al cuerpo. Estuve llorando un mes hasta que me di cuenta de que sólo podía aprovechar al máximo lo que me quedase. Y cuando todo parecía ir mejor, que tenía un 60% de probabilidades de superar esto y a lo mejor podía llevar una vida normal... ha aparecido un ultimátum.

Claro está, todos sabíamos por qué había surgido esta enfermedad en mí, por mi anatomía modificada. Por eso los médicos no encontraban la explicación al origen de mi enfermedad. Y no podíamos decir la razón porque nuestra situación era ilegal. Marina por suerte, no había mostrado indicios de algún problema. Había sido contraria a mí completamente. Mientras que yo he estado toda mi vida con enfermedades y lesiones, ella ha estado perfecta.

Me froté los ojos con la mano al notar una lágrima caer por mi mejilla. No podía permitir que me viesen así mis padres ni mi hermana. Ni Natalia. No sabía por qué, pero notaba que ella tendría un papel importante en esto, para bien o para mal.

Anillos de Carbón | AlbaliaOnde histórias criam vida. Descubra agora